Según informó la Policía, en la operación, desarrollada de forma conjunta con la Policía portuguesa, han sido detenidos tres “correos” en los aeropuertos de Bilbao, Madrid y Valencia. Los tres arrestados eran pasajeros de vuelos procedentes de Sao Paolo (Brasil).

Fruto de la colaboración policial internacional, los investigadores españoles recibieron varias informaciones de las autoridades policiales portuguesas sobre la existencia de una organización dedicada al tráfico de drogas que transportaba el estupefaciente desde Brasil a nuestro país, haciendo escala en Portugal.

La primera de las informaciones se refería a la llegada en un vuelo procedente de Lisboa y con destino Bilbao, donde viajaba un ciudadano español del que se sospechaba que podría portar sustancia estupefaciente.

Cuando los agentes de Bilbao registraron su equipaje, localizaron dos cajas de cartón de color verde, cuyo interior a priori contenía vino blanco con una capacidad de tres litros en cada una. Una vez analizado el líquido, resultó que se trataba de 5.927 gramos de cocaína líquida. Los investigadores procedieron en ese momento a la detención del pasajero de 30 años.

Días después de esta incautación, se tuvo conocimiento de que una pasajera, de nacionalidad boliviana, pretendía introducir droga en España, procedente de Sao Paolo y a través del Aeropuerto de Barajas.

Los responsables del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Madrid-Barajas identificaron a la mujer y procedieron al registro de sus maletas. En su interior encontraron ropa impregnada de cocaína, un total de 6.650 gramos de estupefaciente. Por este motivo se procedió al arresto de la joven de 26 años de edad.

Asimismo, a través de la policía judiciaria de Lisboa, se recibió una información sobre otra mujer de origen boliviano, nacionalizada española, de 34 años de edad, que pretendía entrar en España cargada con cocaína a través del aeropuerto de Manises en Valencia.

Los agentes localizaron a la pasajera y, tras registrar su maleta, la detuvieron por llevar dos paquetes de cartón que contenían 24 alfajores envueltos en un papel dorado que, una vez abiertos, estaban cubiertos por una sustancia blanquecina, que resultó ser cocaína.