En rueda de prensa, González Pons acusó al ministro de "hacer apología de los GAL" por su respuesta en la sesión de control, y de mandar callar a la oposición, muestras de que "no tiene respuestas, se pone nervioso".

Denunció que al terminar la sesión de control el ministro "ha buscado" por los pasillos a Floriano y "junto conmigo, lo ha llevado a una habitación, donde le ha advertido que escucha todo lo que dice y ve todo lo que hace, le ha insultado y ha perdido literalmente los papeles", hasta el punto de que fue el presidente del Congreso, José Bono, el que salió de su despacho "y ha venido a llevarse al ministro del Interior para que dejara de amenazar a un diputado de la oposición".

Cuando un ministro del Interior "justifica el GAL, manda callar a la oposición, miente en la Cámara y amenaza en privado a un diputado de la oposición", sentenció González Pons, significa que "no está en condiciones" de seguir en el cargo "ni un minuto más". "Está pidiendo a gritos su sustitución, está agotado, quemado, sobrepasado, no sé si por el remordimiento o por incapacidad".

González Pons no quiso dar más detalles de ese encuentro "por respeto a Alfredo", pero insistió en que "perdió los nervios" cuando Floriano le dijo que no podía amenazarle así teniendo por su cargo a la policía detrás.