Según informó la Policía, los arrestados recogían a los toxicómanos en la madrileña glorieta de Embajadores y, previo pago de cinco euros, los trasladaban hasta el poblado en vehículos particulares. Estos turismos son conocidos en el argot policial como “cundas”.

La investigación se inició a raíz de las denuncias y quejas formuladas por las asociaciones de vecinos del barrio de Embajadores. Tras varias gestiones, los agentes lograron la identificación de cuatro grupos de “cunderos” que capitalizaban sus ilícitos desde la glorieta de Embajadores a la Cañada Real Galiana.

Los responsables de esta red han sido arrestados como presuntos autores de varios de delitos, como el tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y contra la seguridad social y la hacienda pública.

Los cuatro grupos desarticulados tenían rasgos muy particulares y coincidentes. En primer lugar, se encontraba el “empresario” y dueño de los vehículos “cunda”, que, a su vez, contrataba a los conductores o transportistas. Posteriormente entraban en juego los captadores de drogodependientes.

DROGA MÁS PURA

El “modus operandi” empleado siempre era el mismo. Los captadores se situaban justo al lado de las dos salidas de Metro ubicadas en la glorieta de Embajadores. Con las llaves de los coches en las manos, daban a entender a los toxicómanos que disponían de un vehículo para su traslado a la Cañada Real.

Mientras los conductores permanecían en los vehículos o en sus inmediaciones hasta cargar clientela, el “empresario”, siempre en un segundo plano, controlaba y coordinaba todas las actuaciones.

Cuando llenaban los coches, la red realizaba siempre el mismo recorrido hasta comprar su dosis en los “supermercados” de la droga más habituales. Los toxicómanos se aseguraban así que los estupefacientes adquiridos eran de mayor calidad, al tener más confianza con los vendedores. Posteriormente, los detenidos hacían el recorrido a la inversa y dejaban a los toxicómanos en el mismo punto de partida.

Todos los detenidos han sido puestos a disposición judicial. La investigación ha sido llevada a cabo por agentes de la Comisaría de Arganzuela, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.