Además, esta Ley pretende evitar las conductas engañosas que contengan información falsa o que pueda inducir a error a los consumidores, por ejemplo en cuestiones como la asistencia posventa, el tratamiento de las reclamaciones o la falsa proclamación de que un bien puede curar enfermedades.

También considera desleales y agresivos los comportamientos que puedan mermar de manera significativa mediante acoso, coacción, fuerza o influencia indebida la libertad de elección de los consumidores.

Por ello, el spam telefónico será considerado desleal y, por tanto, perseguible. Se protege además al consumidor de las ofertas publicitarias reiteradas y no deseadas y se obliga a las empresas a que el número telefónico desde el que llaman para publicitar el producto sea visible por el consumidor.

Otras conductas consideradas desleales son la ocultación de información necesaria para que los consumidores puedan adoptar un comportamiento económico con conocimiento de causa, o la transmisión de la misma de manera ambigua o en un momento que no sea adecuado; así como presentar los derechos que otorga la legislación a los consumidores o usuarios como si fuera una característica distintiva de la oferta del empresario o profesional.

La Ley ha sido aprobada por la Comisión de Sanidad, Política Social y Consumo con competencia legislativa plena por lo que pasará directamente al Senado donde previsiblemente se aprobará antes de fin de año.