En concreto, en los ocho primeros meses del año un total de 3.519 trabajadores perdieron su empleo a través de un ERE, frente a los 2.647 ocupados que lo hicieron en el mismo periodo de 2011.

De esta forma, los despedidos por un ERE de extinción de empleo superan en casi 1.000 a los afectados a estas alturas del ejercicio anterior, que fue el año de la serie histórica con un mayor número de personas que perdieron su trabajo por un expediente colectivo.

Por su parte, los afectados por un ERE de reducción de la jornada de trabajo casi se duplicaron respecto al ejercicio anterior, con un aumento del 96,1% hasta 8.238 ocupados.

Por último, los asalariados víctimas de un expediente de suspensión temporal del empleo crecieron un 67,6% hasta alcanzar un total de 10.250 afectados.

En conjunto, el número de trabajadores que se vieron involucrados en un ERE entre enero y agosto aumentó un 69,7%, superando los 22.000 ocupados afectados (22.007). Esta cifra supera ya la de todo el año 2011, cuando 21.168 trabajadores sufrieron un ERE.

En cuanto a los datos de agosto en comparación con el mismo mes de 2011, los afectados por un ERE de extinción del empleo aumentaron un 51% hasta las 444 personas; los que sufrieron un expediente de reducción de jornada crecieron un 95,5% hasta los 747; y las víctimas de un ERE de suspensión del empleo se incrementaron un 23,3% hasta los 937 trabajadores.

Asimismo, el 90,1% del total de los ERE entre enero y agosto lograron el acuerdo entre trabajadores y empresas, un porcentaje algo inferior al del año anterior (91,3%).