Según declaró a Servimedia Cristina Velázquez, vicerrectora de la UCM, la Universidad lamenta no poder seguir prestando este tipo de apoyo a sus estudiantes con discapacidad, ya que supone un elevado coste que en estos momentos no puede afrontar.

El mencionado servicio, que la Complutense ofreció durante dos años, consistía en ayudar a los alumnos con discapacidades severas a ir al aseo y en aplicarles ciertos medicamentos, si lo requerían.

Tal como explicó Álvarez, este servicio lo prestó siempre personal especializado, como ordena la ley, llegado a la Complutense de la mano de la Fundación Universia.

Puesto que el convenio con la citada fundación terminó en marzo del curso pasado, la Universidad no presta ya el apoyo sanitario a los estudiantes con discapacidades severas (ahora siete), por falta de recursos económicos para su contratación y por tratarse de un servicio que solo puede dar personal especializado y que no cabe encomendar, por tanto, a un becario como una tarea de voluntariado.

No obstante, añadió la vicerrectora, la Complutense hizo un esfuerzo el curso pasado y logró seguir dando este apoyo a los universitarios que lo precisaban hasta junio.

Pese a no poder continuar prestando este servicio, la vicerrectora de la Complutense, que asegura lamentarlo, incidió en el hecho de que la Universidad sí ofrece otros muchos como acompañamiento a las aulas a cerca de 700 estudiantes con discapacidad este curso, además de tener sus instalaciones adaptadas a ellos.

Y todo esto, ha dicho, sin tener obligación legal de hacerlo, con los recursos propios de la Universidad, ahora mermados por los recortes, y, pese a todo, "encantados" de poder prestarlos.

A juicio de Famma-Cocemfe Madrid, la supresión de este servicio, prestado desde la Oficina de Integración de Personas con Discapacidad tanto en el campus de Somosaguas como en el de Ciudad Universitaria, "atenta contra una de las necesidades más básicas de un ser humano, que en el caso de muchas personas resulta imposible de llevar a cabo sin colaboración".

De esta forma, vaticinó la entidad, la falta de este apoyo repercutirá negativamente en la inserción normalizada de los estudiantes con discapacidad en la comunidad universitaria.

Y es que, según afirmó Javier Font, presidente de FAMMA-Cocemfe Madrid, "no sirve de nada que se adopten medidas de accesibilidad y al mismo tiempo se dejen de lado los servicios imprescindibles para que algunas personas puedan hacer cosas aparentemente tan sencillas como ir al baño".