Gallardón hizo estas consideraciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que aprobó el anteproyecto de nuevo Código Penal, texto que será sometido ahora a los informes del CGPJ y del Consejo de Estado. El ministro dijo que espera que la reforma planteada pueda estar en vigor en un año, aproximadamente.

En este sentido, el titular de Justicia se mostró convencido de que el nuevo Código no aumentará el número de presos, puesto que lo que hace es intentar “ajustar” el “reproche” penal a determinadas conductas, pero “en modo alguno con una generalización de dureza”.

Aseguró que es cierto que “se endurecen algunas conductas”, como la protección a las mujeres o los menores, pero apuntó que esto no supone un número significativo de casos.

“No será un problema cuantitativo, sino cualitativo en determinadas conductas”, señaló el ministro, quien añadió que un factor a tener en cuenta es que en el nuevo Código desaparece la penalización de las faltas, de manera que sólo un pequeño número de las mismas se mantiene. Aseguró que esto provocará que haya “mucho menor número de diligencias penales”.

También apuntó que el anteproyecto planteado incluye supuestos de primer delito que pueden evitar la entrada en prisión de una persona.

Como resumen, el ministro señaló que el Código Penal que plantea su departamento “introduce una capacidad de atender a las circunstancias, no sólo de cada delito, sino de cada delincuente, muy superior a ese trazo grueso que antes limitaba ese margen de discreción de los jueces”.

Por este motivo, sostuvo que “no se producirá un incremento de la población penitenciaria; sí se producirá un mayor reproche a las conductas que la sociedad quiere que sean reprochadas”.