La creciente incorporación de la mujer al mundo del trabajo nocorre en paralelo con una mayor liberación de las tareas hogareñas, ya que sólo en el último año el colectivo de mujeres que tienen que compatibilizar ambas actividades creció en más de 150.000.

Unicamente 1.287.400 mujeres con trabajos profesionales no se veían obligdas a compatibilizar esa labor con el hogar, presumiblemente por alguna situación familiar peculiar o por disponer de un salario suficiente para permitirse una criada.

La situación es distinta en el caso de los hombres, ya que sólo compatibilizan el trabajo con las labores caseras 329.200, ocho veces menos que las mujeres.

La desproporción es todavía mayor si se tiene en cuenta que hay más varones que mujeres con ocupaciones profesionales, de lo que resulta que se encuentran en esa situación de 'oble militancia' el 63 por cien de las mujeres, frente a un 4 por cien de los varones.

En todo caso, los datos del INE muestran que un aumento de la ocupación como el registrado en 1995 produce automáticamente un incremento de las personas que tienen que hacerse cargo al mismo tiempo del trabajo profesional remunerado y de las tareas de la casa, puesto que la mayoría de los españoles no puede permitirse una empleada de hogar.

A este respecto, la información disponible muestra que también los varoes son capaces de hacer de la necesidad virtud, puesto que en el periodo considerado pasaron de 243.400 a 329.200 los 'pluriempleados' de esta manera.

Entre los varones, esta circunstancia se da con especial frecuencia entre quienes tienen de 30 a 39 años (131.600 trabajadores de esa edad compatibilizaban las dos tareas a finales del 95).

En el caso de las mujeres trabajadoras, aunque el 'pluriempleo' trabajo-hogar también se da sobre todo en ese tramo de edad, que es en el que hay más personas epleadas por cuenta ajena o como empresarios, son muchas las que conjugan toda su vida las obligaciones en la casa y en la empresa.