A pesar de que en el deporte aventura el riesgo es consustancial, sólo el 39% de las empresas tienen un nivel de seguridad "bueno", según el estudio. El 27% de las compañías analizadas suspende en seguridad y otro 34% consigue un discreto "aceptable".

"Consumer" ha examinado trece actividades: ala delta, alpinismo, caída libre, descenso de cañones y barrancos, escalada, espeleología, flysurf o kitesurf, "hidrospeed, parapente, piragüismo, rafting, puenting y submarinismo.

Las empresas, también denominadas de turismo activo, están radicadas en Huesca (14), Asturias (11), Madrid (10), Gerona (8), Cantabria (7), Navarra (5), Alicante (5), Lérida (4), Cádiz (3), Vizcaya (3), Tarragona (3), Sevilla (3), Málaga (3), Guipúzcoa (3), Almería (3), Teruel (2), Pontevedra (2), Murcia (2), Barcelona (2), Zaragoza (1), Valencia (1), Granada (1), Castellón (1), Cáceres (1) y Alava (1).

La carencia más común fue el control meteorológico que las empresas deben realizar antes de emprender las actividades y que en la mayoría de los casos no realizan o se limita a una mera consulta de las previsiones meteorológicas de la televisión o la radio.

También suspenden la inmensa mayoría de las compañías en los requisitos que piden a los clientes antes de permitirles participar en estas actividades de riesgo, como la titulación (en su caso) o los certificados médicos.

PREPARACION

Asimismo, la mayoría suspende en la valoración que convendría hacer de la preparación física y psicológica de los clientes.

No obstante, las empresas estaban a la altura de las circunstancias en el acompañamiento por monitores, la mayoría de los cuales están debidamente titulados, y el seguro de responsabilidad civil.

Por otra parte, no todas las especialidades deportivas se hallan al mismo nivel en seguridad. Las que mejor nota obtienen son hidrospeed y submarinismo, mientras que la peor parada es una de las más arriesgadas, la caída libre, que además de suspender en control meteorológico, en requisitos exigibles a los clientes y en la valoración de su estado físico y psicológico, no aprueba en titulación de los monitores y en que las salidas se efectúan en la mayoría de los casos sin botiquín, sin aparatos de comunicación, mapas, brújula ni prismáticos.

En cuanto a la calidad del servicio, el 54% de las empresas suspenden el examen de la revista de consumo, un 25% obtiene un "aprobado", un 15% consigue un "bien" y un 6% un "muy bien".

Además de no hacer contrato, otro aspecto mejorable es la insuficiente atención a usuarios con discapacidad, ya que la inmensa mayoría de las instalaciones y la práctica de casi todas las actividades (salvo ala delta y flysurf) no está adaptada para las necesidades de estos clientes, y tampoco se ofrecen cursos de aprendizaje específicos para ellos.

Los precios, por su parte, difieren llamativamente y según la empresa que se contrate un curso de flysurf puede costar por persona desde 200 hasta 300 euros; una jornada de escalada, desde 10 hasta 110 euros, y una de alpinismo, desde 12 hasta 88 euros.