Tras participar en la sesión de control al Gobierno en el Senado, Margallo declaró en los pasillos que "las previsiones del FMI se basan en la hipótesis de un decrecimiento de la economía mundial y, sobre todo, en la zona euro que es más que discutible".

Señaló que el pronóstico del FMI, que vaticina una caída de la economía española en 2013 del -1,3% frente al -0,5% augurado por el Gobierno de España, surge "en un momento de volatilidad de los mercados" como el actual, por lo que "cualquier previsión es una previsión provisional".

El ministro garantizó que el Gobierno de España hará "lo imposible para que las previsiones sobre las que se basa el Presupuesto de 2013 se cumplan", lo que significaría una evolución económica mucho mejor que la vaticinada por el FMI.

En este sentido, recalcó que el Ejecutivo ha realizado un "diagnóstico claro" de la situación económica y de las reformas que debe realizar en los próximos meses para mejorar las perspectivas económicas y conseguir que al año que viene la economía caiga sólo una tercera parte (-0,5%) de lo previsto para este 2012 (-1,5%).

"Sabemos lo que tenemos que hacer y lo estamos haciendo a sabiendas de que son decisiones muy duras. Pero no hay otra opción", esgrimió ante los periodistas parlamentarios.

Margallo se refirió además a la negociación comunitaria para poner en marcha un supervisor bancario "lo más rápido posible" y conseguir así que la ayuda financiera a los bancos no compute como deuda pública.

El ministro subrayó que el Ejecutivo está "negociando en todos los frentes" y confió en que pueda conseguirse que la ayuda a las entidades financieras llegue en el futuro de modo directo y sin afectar a la deuda del país. "Hasta el rabo todo es toro", remachó optimista en lograr el propósito español.