Durante su comparecencia posterior a la reunió del Consell Executiu, el portavoz del Govern, Francesc Homs, subrayó que con esta figura tributaria, Cataluña “se equipara a los principales destinos turísticos de todo el mundo”. Los recursos que se obtengan se dedicaran al fomento del turismo y son, por tanto, “recursos de carácter finalista para el sector”.

La cuota varía entre 0,5 euros y 2,5 euros por persona (IVA incluido), con un máximo de 7 días, y es determinada por el tipo de establecimiento y la ubicación. El Gobierno catalán calcula que un 91% de los establecimientos turísticos catalanes corresponden a la franja baja del impuesto.

Para evitar la doble imposición que representaría aplicar el IVA, de acuerdo con la propia legislación española, el Govern ha acordado incluirlo en el precio final del impuesto, “de forma que este incremento del IVA no encarece la tasa tributaria tal y como se había especulado”, aclaró Homs.

Con el impuesto turístico, Cataluña se equipara a buena parte de los principales destinos turísticos en todo el mundo que ya la aplican, como los Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, los Países Bajos, la República Checa, Hungría, Suiza, Croacia, Eslovenia, Marruecos, Egipto, Japón o Túnez.