Así lo resumieron algunos de los comensales a la salida del encuentro, celebrado a puerta cerrada en un hotel frente al Palacio de Congresos de Barcelona, donde este fin de semana se celebra la Convención Nacional del PP bajo el lema "Propuestas para el cambio".

El menú del almuerzo consistió en un mouse de salmón como primer plato, un segundo a elegir entre carne y brocheta de rape, y tarta de Santiago de postre. Todo ello estuvo regado de vino tinto y agua.

A la salida, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja manifestó al término de la comida que todo había transcurrido sin sobresaltos ni reproches tras la crisis interna del último mes. "Nadie se ha movido de la foto", resumió.

El presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, explicó que se habían reunido para trabajar porque es lo que se necesita "tal y como está el país" y habían terminado "alegres" fruto del ambiente cordial en el que se había desarrollado la cita gastronómica.

Por su parte, el presidente fundador del PP, Manuel Fraga, dijo haber salido con "la mejor impresión" tras el almuerzo, en el que estuvo sentado frente a Mariano Rajoy; la secretaria general, María Dolores de Cospedal; y la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, salió más de una hora después de terminar la comida con el mensaje de que había tenido la "enorme suerte de comer junto a un amigo y el próximo presidente del Gobierno".

El comportamiento de Rajoy, que no hizo ningún discurso ni al principio ni al final de la comida, contribuyó a un clima distendido en el que los dirigentes populares estuvieron conversando unos con otros de temas personales.