Según informó a Servimedia Norberto Pico, secretario general de Falange, algunos afiliados madrileños "realizarán una pequeña protesta y repartirán información a quienes se acerquen a la misa dominical". Para el día 20 les gustaría "hacer una misa en honor de José Antonio".

"No sabemos si se nos dejará", lamentó Pico. "El año pasado ya se impidió a los afiliados y simpatizantes de nuestro partido, por cierto, un partido legal, acudir a homenajear a su fundador allí donde está enterrado". A su juicio, hay un "doble rasero, porque cualquier partido puede rendir homenaje a su fundador menos Falange, que no tiene culpa ni quiso que se le enterrara alli".

Por su parte, el gerente de la Fundación Francisco Franco, Emilio de Miguel, explicó a Servimedia que "habrá dos misas: la que organizarán los monjes benedictinos del valle de los Caídos el 20-N, por las almas de Franco y José Antonio y todos los caídos", y la que propiamente promoverá la Fundación al día siguiente en San Jerónimo el Real; "dentro de la ley", puntualizó.

El abad del monasterio precisó que la misa por todos los caídos se adelantó al pasado día 3, y que la del 20 será dedicada específicamente a Franco y Primo de Rivera. "Se trata de una actuación exclusivamente religiosa", aclaró, señalando que la realización de esos oficios es una "obligación fundacional" suya. "Y cualquier otra connotación que se le quiera dar no es asunto nuestro".

FRANCO Y MEMORIA HISTÓRICA

La Fundación Francisco Franco y los herederos de Primo de Rivera mantienen su discrepancia histórica sobre el dictador, quien, para Pico, "utilizó el nombre y los símbolos de Falange para cosas muy distintas de las que querían los falangistas", paralizando sus "propuestas económicas y sociales más revolucionarias". De Miguel replica que "al final se remansará todo lo accesorio y pasional y se impondrán los hechos y los documentos".

No obstante, ambos coinciden en criticar la actitud de los partidos de izquierda y las asociaciones de memoria histórica hacia el franquismo. "Nosotros somos partidarios de mantener toda la historia, incluida la de nuestros adversarios", asegura De Miguel. "Nos parecen justísimos y razonables los homenajes a los muertos del otro bando, pero tenemos que reprochar que quieran quitar los nuestros, que echen en el olvido todo lo nuestro".

El secretario general de Falange censuró "este revival antifranquista, 30 años después de su muerte", que le parece "mirar para otro lado para ocultar otros problemas", "resucitar fantasmas del pasado" y "rescatar enfrentamientos que estaban solventados". Todo ello, concluyó, con una "finalidad política clara" e "incluso pasando por encima de la voluntad de los familiares, como con la tumba de Lorca".