Así respondieron estas fuentes al secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Rafael Catalá, quien afirmó en el Congreso que algunas de las tarifas a las islas “son desorbitantes” y lo atribuyó al hecho de que estén subvencionadas.

Además, Catalá utilizó este alto precio de algunas tarifas para justificar la decisión del Ministerio de Fomento de establecer una cuantía máxima de subvención para estos billetes.

Según las aerolíneas, el Gobierno tiene todo el derecho a limitar estas ayudas y reducir la partida destinada a estas subvenciones “en los tiempos en los que estamos, porque no hay para muchas otras cosas”, en concreto un 20%, pero no a responsabilizar a las compañías aéreas de esa reducción.

Además, aseguraron que para las compañías no supone ninguna subvención, ya que cobran lo mismo por un billete comprado por un residente que por otro comprado por una persona que no lo es. La diferencia es que para cobrar la parte pagada por el Estado se produce una demora de al menos 60 días y se generan unos costes administrativos.

Por otra parte, consideran “curioso” que a Fomento le parezcan caros los billetes y no la subida de las tasas aeroportuarias cuando en algunas aerolíneas pueden llegar a representar el 30% de los costes. “Cuando le toca pagar el 50% de esa subida le parece que es disparatado”, afirmaron.

Por último, recordaron que las aerolíneas atraviesan ahora un momento crítico, donde la que no ha hecho un ERE lo va a tener que hacer, y todas llevan a cabo importantes ajustes. De hecho, el mercado aéreo español ha perdido 150 aviones desde 2008.