A preguntas de los periodistas que asistieron a la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Caamaño no quiso entrar a valorar el hecho de que, según han informado varios periódicos, una mayoría de los miembros del TC sigan en contra de los aspectos más polémicos del texto, y se limitó a recalcar: "Lo conveniente es dejar que el Tribunal Constitucional haga su trabajo", acatando explícitamente la sentencia que dicte porque "será buena para España y para Cataluña".

El minstro tampoco se mostró partidario de acotar por ley el plazo de que dispone este tribunal para tomar sus resoluciones. Según afirmó, "las sentencias del Tribunal Constitucional "no son nunca fáciles", y "lo importante es "tener buenas sentencias".

Caamaño estima que "el intérprete máximo de la Constitucion debe tener su tiempo para reflexionar", puesto que, subrayó, "a todos nos interesa una buena sentencia", que razone y argumente bien su decisión.