Como ocurre con las descargas ilegales de música o películas, de la audiencia de estos partidos en la Red no hay cifras oficiales, sólo estimaciones, pero sólo hay que quedarse con la popularidad creciente que han cobrado estas conexiones para calibrar la importancia de este fenómeno, ahora en retroceso, al que mucha gente se refiere coloquialmente como ver el fútbol “por los chinos”, en referencia a los canales de televisión del país asiático que en su mayoría utilizan los servidores ilegales para lanzar las emisiones a España.

Esta temporada ya no se puede seguir un partido de alto interés de la Liga o la Champions por “rojadirecta” por tantos programas de “streaming” (visión online, sin descarga) como en temporadas anteriores. Si se pincha dentro de unos días en esta web para ver el Barça-Madrid, que se dará por las plataformas de televisión de pago, es muy probable que ocurra lo que está pasando desde el verano con otros choques similares: pocos programas disponibles de acceso y una amplia lista de páginas englobadas bajo el paraguas “justin”, que a los poco segundos de conexión te indican que sus webs están ya llenas de usuarios.

Ni las televisiviones ni las operadoras de telecomunicaciones consultadas por Servimedia quieren hablar abiertamente al respecto sobre este desplome del pirateo futbolístico, pero es un hecho que esta circunstancia coincide con la entrada en el mercado de las “telecos” a través de la plataforma Gol TV.

Para el experto en Comunicación Joaquim Triadu, es “evidente” que este desembarco de las operadores en el fútbol guarda relación con el freno al pirateo del fútbol. Nadie duda de que estas compañías conocen los puntos desde los que se emite balompié ilegalmente y tienen en su mano la capacidad de pararles los pies.

Es cierto también que muchos aficionados se han abonado a las plataformas de pago, ahora que se ha abaratado el deporte rey por televisión con la llegada de Gol TV, y han abandonado la práctica de ver los partidos en chino o rumano, salpicados muchas veces de cortes en la conexión y con un desfase en la retransmisión que impide seguir la narración por la radio.