Según informó la Policía, el ladrón accedía a las sucursales a media mañana, intimidaba a los empleados con un arma simulada y, una vez obtenido el botín, huía rápidamente.

El primer atraco se produjo el pasado 20 de julio, en una entidad bancaria en Pamplona. Un hombre entró al banco y amenazó a los empleados con un arma de fuego, tras lo cual se apoderó de un botín de 25.000 euros. A raíz de este hecho se comenzó una investigación para lograr identificar y detener al autor del asalto.

A finales del mes de agosto, se produjo un segundo atraco, esta vez en una sucursal financiera de Castellón. En este caso, sobre las diez de la mañana, el atracador sacó una pistola y una bolsa plástico del interior de la bandolera que portaba y amenazó a los trabajadores. Finalmente consiguió que los trabajadores le hicieran entrega del cambio que tenían en la caja y diez bolsas con cien monedas de diez céntimos cada una.

El último de los robos se cometió el pasado día 17 en una caja de ahorros de la ciudad de Albacete. Para este atraco, el arrestado utilizó la misma metodología que en los dos asaltos anteriores: extrajo el arma de fuego junto a una bolsa de plástico de su bandolera y a continuación ordenó a los empleados que le entregaran el dinero. Logró obtener un botín de más de 3.700 euros.

Gracias a las pesquisas realizadas, los investigadores lograron identificar al presunto autor de los tres atracos. No obstante, faltaba localizar su paradero, ya que cambiaba frecuentemente de domicilio. El pasado sábado, los agentes localizaron un posible domicilio del autor en la localidad de Sagunto, donde finalmente fue detenido.

En el registro realizado en el domicilio del arrestado se intervino un arma de fuego simulada, balines, una bandolera -en la que llevaba una bolsa de plástico-, una gorra, ropa utilizada durante los asaltos y dinero en efectivo.