“ETA debería de desaparecer ya. Debería autodisolverse, sin esperar tampoco a que se haga ningún tipo de gestos en la deuda que tiene con la ciudadanía vasca”, dijo en una entrevista concedida a Servimedia.

Añadió que, “lógicamente” hay elementos “técnicos”, como es hablar de qué hacer con los miembros de ETA, presos y fugados, o el arsenal que aún tiene la banda terrorista, en la que el Gobierno ha de entrar necesariamente.

Asimismo, defendió la “construcción de una paz con memoria”. “No puede ser que ETA sea como un azucarillo que se vaya disolviendo sin saber muy bien qué es lo que ha ocurrido, sino que esto tiene que tener un final, y la mejor manera de afrontar el futuro es la construcción de una paz con memoria”, dijo.

A su juicio, “en esa paz con memoria ha de incluirse también a las víctimas del franquismo” y de los GAL, porque será “la única garantía de no repetición, es decir, de que seamos capaces de aprender de nuestros errores del pasado”.

A su juicio, “existen diferentes víctimas de las mismas vulneraciones de derechos humanos y, por lo tanto, lo que hay que resolver es la vulneración de derechos humanos”. Por esa razón defiende una paz con memoria inclusiva de las víctimas de ETA, de los GAL y del franquismo.

En su opinión, en los asesinatos de ETA, de los GAL y del franquismo se produjo “la vulneración al derecho humano máximo, que es la vida”. “Si queremos avanzar, lo que hay que hacer es reconocer que todas esas víctimas existen”, añadió.

UN MEA CULPA DE ETA

Para Arana, “ETA tendrá que reconocer lo que ha hecho, tendrá que disolverse, independientemente de cómo se aborde el tema de las víctimas”, pero ha de haber un reconocimiento “de todas las víctimas”.

“Creemos que son caminos paralelos, no consecutivos. Tenemos que avanzar hacia una paz justa y una paz justa es una paz con memoria”, dijo.