En una rueda de prensa, Bisbe explicó que la nueva temporada, que arranca este fin de semana con la apertura de las pistas catalanas de Masella y La Molina, lo hace “con mucha incertidumbre ya que todavía hay más crisis que el año pasado”.

Pese a ello, destacó que “lo más importante hasta ahora es que ya ha nevado bastante y eso nos da tranquilidad a todos”. A este respecto, recordó que el año pasado, pese a la crisis, los visitantes de las pistas se incrementaron un 27,5%.

Concretamente, 7,4 millones de esquiadores pasaron por las pistas españolas durante la pasada campaña. Las estaciones de la cordillera Cantábrica recibieron 1,1 millones, las de Aragón 2,2 millones, las catalanas 2,4 millones, las de las cordilleras Ibérica y Central algo más de 600.000 y Sierra nevada 1,2 millones.

Según Bisbe, teniendo en cuenta que el ingreso medio por esquiador y día se sitúa en unos 19 euros (IVA no incluido), la facturación de las estaciones por venta de forfaits se situó en unos 140 millones de euros.

Además, Atudem estima que gracias a las estaciones, los ingresos generados en los valles se situaron en unos 1.280 millones de euros. El sector da empleo a unas 7.000 personas de forma directa y a unas 50.000 de forma indirecta.

Por otro lado, las estaciones han invertido 54.291.895 euros en mejoras para esta nueva campaña, un 8% más que el pasado año. En Aragón la inversión alcanza los 21,4 millones, en Cataluña los 19,5, en la cordillera Cantábrica los 6,1, en la Central los 2,3 y en el sistema Penibético 5,3.

La oferta total es de 996 pistas con 1.007 kilómetros, a los que se suman otras 30 pistas y 90 kilómetros de las estaciones de esquí de fondo. Unos 340 kilómetros están garantizados por los 4.365 cañones de inivación con los que cuentan las pistas españolas.