Rajoy promete más recortes ante Merkel para reducir el déficit pero no aclara si pedirá el rescate
- "Cuando tenga alguna novedad, se la contaré"
- El Gobierno dice que analizará con calma las condiciones del BCE porque no tiene prisa para un rescate
- Merkel se declara "impresionada por el ritmo y la consistencia" de las reformas de Rajoy
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, garantizó este jueves ante Angela Merkel que las reformas para reducir el gasto público y ajustar el déficit "continuarán" en los próximos meses, pero no aclaró si pedirá a la Unión Europea un rescate para rebajar los intereses sobre la deuda española.
Rajoy se expresó así en una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa junto a la canciller de Alemania, con quien mantuvo un almuerzo de trabajo de más de hora y media para analizar la situación económica y la agenda de reformas en la Unión Europea.
El dirigente español explicó que las reformas son el "seño de identidad" de su Gobierno y, como tal, seguirán sobre la mesa para reducir el déficit público y recuperar la senda del crecimiento económico y la creación de empleo.
Rajoy reconoció que las decisiones adoptadas en ocho meses de mandato "no han sido gratas para muchas personas" pero garantizó que ahondará en las reformas. Lo único que descartó "en este momento" es congelar o reducir las pensiones porque los mayores son quienes tienen "más dificultades y ya no pueden dar la batalla" como los jóvenes.
En cambio, mantuvo su habitual ambigüedad al hablar sobre la posibilidad de que España tenga que solicitar un rescate a la Unión Europea para hacer frente al pago de su deuda, dado el elevado tipo de los intereses para obtener financiación.
Rajoy, que compareció junto a Merkel al mismo tiempo que Mario Draghi explicaba en Bruselas las decisiones del Banco Central Europeo, eludió responder a los periodistas si piensa pedir ayuda. "Cuando tenga alguna novedad, se la contaré", dijo.
El presidente del Gobierno español alegó que todavía no había tenido tiempo para leer las palabras de Draghi, quien dejó meridianamente claro que los países que deseen una inyección de liquidez tendrán que solicitarlo formalmente y someterse a unas estrictas condiciones.
Rajoy se quejó ante Merkel de que la tasa de la prima de riesgo no se corresponde con la situación actual de la economía y se comprometió a hacer "lo necesario para disipar la crisis del euro" a cambio de la correspondiente ayuda.
No obstante, aseguró que Merkel no le había exigido "nuevos ajustes" durante la reunión, ya que "nadie plantea a un aliado y socio lo que tiene que hacer".
Fuentes gubernamentales precisaron posteriormente que España no tiene urgencia por pedir un rescate a la UE y dejaron claro que en los próximos días analizarán con detalle y "calma" las condiciones anunciadas por el BCE para inyectar liquidez en los países más presionados por los mercados.
MERKEL, IMPRESIONADA CON RAJOY
Por su parte, Merkel, alabó las reformas del Gobierno de Mariano Rajoy y admitió estar "impresionada por el ritmo y la consistencia" con la que se están llevando a cabo en España para salir de la crisis.
La canciller alemana aplaudió que las reformas de Rajoy caminan por la "senda correcta" y manifestó un "gran respeto" hacia las medidas que está tomando el Ejecutivo para reducir el déficit público y cumplir las exigencias de las instituciones comunitarias.
Merkel adujo que todas las reformas son necesarias para "restaurar la confianza en el euro" y en el conjunto de la UE, así como para lograr que los mercados "tengan confianza en que los países miembros cumplan con sus compromisos".
A su juicio, los ajustes aplicados en el Gobierno de España y en las comunidades autónomas están dentro de lo "correcto" y, por eso, expresó su "plena confianza" en las decisiones de Rajoy.
Reconoció que el encuentro sirvió para hablar de la situación de las regiones españolas porque los recortes "no sólo se pueden hacer a nivel de un país", sino que "tiene que ser a todos los niveles donde debe cambiar algo".
Merkel agradeció las explicaciones de Rajoy sobre los ajustes en las comunidades dado que, según dijo, en Alemania también le preguntan por esta cuestión y ahora podrá responder con más precisión.
Asimismo, indicó que este tipo de cumbres bilaterales son buenas para conocer mejor lo que está haciendo cada país, ya que en estos tiempos de crisis se corre el riesgo de hablar "unos sobre los otros en lugar de unos con los otros" y se puede caer en la tentación de "echar la culpa a una tercera persona" de los ajustes que deben hacerse en cada país.
Ante el resquemor que generan entre los ciudadanos españoles tantas exigencias alemanas para continuar con las reformas, Merkel adujo que no quiere "imponer porque sí algo difícil" para España. Sin embargo, alegó que su país también tuvo que hacer duras reformas cuando en el pasado tuvo 5 millones de parados.
Al hablar del Banco Central Europeo, Merkel apeló a su "independencia" como institución para no hacer juicios de valor sobre las reticencias para ayudar a países como España e Italia en la compra de deuda soberana.
La alemana indicó que, más allá de lo que haga el BCE, la tarea de cada país "consiste en hacer los deberes políticos" y aplicar las reformas convenientes "de forma creíble" para los mercados internacionales.
DOS BESOS Y QUESO DE CABRALES
La comparecencia de Rajoy y Merkel acabó con su participación en la reunión que empresarios de los dos países celebraron durante toda la mañana en el Palacio de La Moncloa para estrechar lazos económicos y comerciales.
Previamente, los dos dirigentes habían celebrado un almuerzo de más de hora y media de duración, en el que degustaron productos muy españoles. Como primer plató comieron un pastel de verduras con salsa de puerros, seguido de un solomillo al queso de cabrales y, de postre, un helado de chocolate y menta con frutas del bosque. Todo ello estuvo regado por diversos vinos españoles.
Cuando Merkel llegó a La Moncloa, Rajoy bajó las escalerillas del edificio donde tiene su despacho y la recibió junto a la puerta del coche con dos besos en la mejilla.
La canciller alemana, vestida con pantalones blancos y chaqueta violeta, y el presidente español, con traje oscuro y corbata azul claro, posaron a continuación para los fotógrafos y se estrecharon la mano delante de los medios de comunicación.
Posteriormente, comenzaron la reunión en el despacho, sentados en dos sofás colocados en perpendicular: él, sonriente; ella, con gesto más serio.
(SERVIMEDIA)
06 Sep 2012
PAI