En su intervención en el Encuentro de las Telecomunicaciones en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, Román advirtió de que no se puede mirar al sector como el que crece sin parar y pidió una "reconsideración de las cargas públicas que pesan sobre los operadores".

En este sentido, subrayó que el nivel de cargas públicas que afronta la filial española es seis veces superior a la que tienen en otros países del entorno como Italia, Reino Unido o Alemania.

Además, aseveró que a este mayor nivel de gravámenes se suma la "no predictibilidad" y puso como ejemplo la creación de la tasa para la financiación de RTVE.

DESPLIEGUE FIBRA

Por otro lado, Román reclamó también una regulación "pro-competitiva" para el despliegue de la fibra óptica, ya que asegura que en la actualidad hay una "gran incertidumbre" sobre las posibilidades de recuperación de las inversiones para los operadores alternativos.

En este sentido, abogó por facilitar el acceso a las redes existentes y suprimir el límite de oferta de velocidad de 30 megas que, en su opinión, ha quedado "desfasada" ya que se habla de velocidades entre 50 y 100 megas.

También reclamó la "no discriminación y equivalencia de 'inputs' para la prestación de servicios" para los operadores alternativos y la fijación de precios mayoristas que permitan "ofertas replicables y márgenes suficientes".

Asimismo, instó a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) a que realice una declaración en la que afirme que el mercado de telefonía móvil es competitivo y no debe ser regulado.

En su opinión, "no hay base legal ni económica para mantener las obligaciones impuestas a los tres principales operadores".

CRISIS

El presidente de Vodafone España admitió que el de las telecomunicaciones es "un sector que está sufriendo" y que "no es ajeno a la crisis", fruto de unas bajadas "muy fuertes" de los precios y un consumo "estancado".

Además, advirtió de que se trata de un sector "con problemas sin resolver", como los subsidios de terminales que son "un disparate", ya que el gasto en la adquisición y retención de clientes en el que incurren las compañías supera con creces a la inversión en infraestructuras.

Román alertó de que en momentos de crisis las empresas se pueden ver tentadas a aprovechar el presente y seguir invirtiendo principalmente en estos subsidios en vez de pensar en el futuro.

Así, defendió que se debe olvidar la imagen de un sector de crecimiento constante y que es necesaria una nueva regulación para la situación actual en la que se dé sostenibilidad de la competencia y al esfuerzo inversor apostando por los principios de coinversión, compartición y consolidación.