El representante del Ministerio Público hizo esta acusación en el juicio que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha celebrado contra Oyarzabal. En concreto, el fiscal Moral le acusó de los delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia ilícita de armas y tenencia de explosivos.

Oyarzabal se negó a declarar ante el tribunal, presidido por el magistrado Javier Gómez Bermúdez, y pidió a su abogado que no ejerciese defensa alguna.

El fiscal Moral sostuvo que el acusado era el compañero de comando de Castresana y la persona que tras la explosión y el fallecimiento de la etarra, el 24 de julio de 2001, huyó de Torrevieja en un coche que apareció estacionado en la localidad navarra de Aoiz. Los terroristas se habían desplazado hasta la provincia de Alicante para llevar a cabo una campaña de atentados durante el verano.

Según relataron varios testigos, Oyarzabal fue visto en los días anteriores a la explosión entrando y saliendo del apartamento de Torrevieja. Uno de los vecinos le vio tomarse unas cervezas en un bar cercano al edificio y otros presenciaron como el acusado ayudó a salvar a un niño que se estaba ahogando en una piscina de la zona vacacional.

Además, el análisis de los restos de ADN encontrados en el piso de Torrevieja señaló a Oyarzabal como el compañero de comando de Castresana. El acusado fue detenido en la Niort (Francia) el 2 de mayo de 2002.

“Por suerte fueron ellos y no ninguna persona inocente quienes sufrieron las consecuencias de la explosión”, señaló Moral en sus conclusiones definitivas antes de que Gómez Bermúdez pronunciara el visto para sentencia.