Costa participó hoy en la 44 reunión de altos ejecutivos de la Comisión de Integración Energética Regional (CIER), el organismo internacional del sector energético de América Latina, un evento que por primera vez se celebra fuera de Iberoamérica.

La también presidenta de Ariae (Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras del la Energía) impartió una conferencia sobre “El papel del regulador ante los desafíos energéticos del futuro”.

En su intervención, Costa sostuvo que “la regulación es el elemento que ha de permitir y asegurar la liberalización energética”. De este modo, la regulación no es, para la presidenta de la CNE, “contraria a la liberalización del mercado, sino su mayor garantía”.

En este sentido, defendió que los reguladores están llamados a “desempeñar un papel fundamental” para la consecución de la seguridad de suministro (impulsando interconexiones y el desarrollo de infraestructuras, a través de la gestión de la demanda, etcétera), para el fomento de la competividad y para el avance en sostenibilidad.

Asimismo, apuntó a la coordinación entre regiones y Estados como “la clave de bóveda de los nuevos caminos por los que hemos de transitar en este sector” y llamó la atención sobre la necesidad de “cooperación entre países y regiones”.

Para Costa, “la mejora de las interconexiones redundará en una mejora de la seguridad de suministro y de la competitividad”, dijo.

“Hoy se impone la regulación y el mercado liberalizado”, frente la antigua planificación energética. Se trata de este modo de marcar “reglas que aseguren la libre competencia en los mercados”, sin “interferir” en los mismos.

Finalmente, Costa explicó que los reguladores han de garantizar la competencia y el cumplimiento del mandato normativo, teniendo en cuenta que la energía es un servicio de interés público. Además, debe fomentar la inversión en I+D+i y apostar por las tecnologías limpias, teniendo en cuenta que las renovables “se enfrentan todavía al reto de ser competitivas en términos de coste”.

COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA

El consejero delegado y director general de Enel (accionista mayoritario de Endesa), Fulvio Conti, sostuvo hoy que “es necesario que el sector privado esté suficientemente implicado en la definición del modelo energético” y, en este sentido, afirmó que los esfuerzos del sector privado “serán vanos si los gobiernos fallan en garantizar las condiciones adecuadas para llevara cabo las inversiones”.

En su intervención en este foro, consideró “imprescindible” alcanzar un clima de entendimiento pleno entre los sectores público y privado, y que así ha de exigirse a las autoridades para evitar la amenaza de los proteccionismos y contar con un mercado energético liberalizado.

“Necesitamos un alto grado de colaboración público-privada”, dijo, y, en este sentido, dejó clara la apuesta de la compañía por proyectos impulsados desde la Administración, como el impulso del vehículo eléctrico (a través del Plan Movele español y del desarrollo de infraestructuras).

Además, el grupo italiano invertirá en los próximos cinco años más de 1.000 millones de euros en innovación y, con este mismo fin, movilizará fondos de terceros por un importe superior a esta cifra.

Durante su discurso, Conti expuso las claves de la estrategia de Enel para abordar la “ecuación energética” de garantía de suministro, precios competitivos y sostenibilidad.

De este modo, hizo gala de contar con un “mix equilibrado” en el que las energías renovables (que requieren de “inversiones masivas”) ganan peso, se apuesta por las tecnologías sostenibles (trabajando en carbón limpio, nuevas fuentes renovables y centrales nucleares de tercera generación en Francia, que posteriormente se extenderán a Italia) y se cuenta con la energía nuclear como una “alternativa indispensable para alcanzar la seguridad energética”.

“De los gobiernos debemos esperar un apoyo decidido para la consecución de esta estrategia. Su ayuda es fundamental para la ecuación energética”, añadió.

Por su parte, el consejero delegado de Endesa , Andrea Brentan, hizo un alegato a favor de la cooperación internacional (y europea) e identificó los retos a los que se enfrenta, desde su punto de vista, el sector energético.

Entre ellos, señaló el fomento de la I+D+i; la homogeneización de los mecanismos de mercado y de los procedimientos de operación; el desarrollo de interconexiones; la armonización regulatoria; y el desarrollo de las fuentes renovables, pero contando con otras tecnologías (como las térmicas) que las respalden de forma suficiente.

A este respecto, consideró que “las nucleares no son el problema, sino una parte de la solución”. También indicó que “se tiene que fomentar mucho más el carbón limpio”.