Según informa la organización las altas temperaturas, la escasez de precipitaciones y los desembalses para el riego han producido este descenso, especialmente en el Ebro y en el Duero, que tiene sus embalses al 37 % de su capacidad total.

Varios municipios de Cataluña, Cantabria, Castilla-La Mancha y Castilla y León han adoptado medidas para atenuar los problemas de abastecimiento de agua.

"Si bien el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no considera que estemos en una situación de emergencia, sí hace falta planificar con suficiente antelación la gestión del agua ante la falta de precipitaciones", explicó Ecologistas en Acción en un comunicado.

"En los meses estivales es, precisamente, cuando más agua se consume para el regadío y para el turismo lo cual supone una seria amenaza para la conservación de los ecosistemas hídricos y para la garantía del abastecmiento de agua potable a las poblaciones. Es necesario que el Ministerio

actúe con previsión y, tal y como exige la Ley de Aguas, prime el abasteciiento urbano sobre el resto de usos productivos. Así se podrán evitar episodios de sequía", añadió.

Por lo tanto, esta ONG pide que "se reduzca durante esta misma temporada, y, por tanto, de manera inmediata, las aportaciones de agua al regadío, y en el caso de que bien el próximo otoño o bien la próxima primavera, sean secos, se restrinjan sustancialmente dichas, aportaciones, pues no hay que olvidar que puede estar empleándose para regar un agua que a medio plazo se pueda necesitar para consumo humano".