En declaraciones a Servimedia, Alejandro Lomas, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), advirtió que “como casi todas las borrascas de verano, este frente no será muy intenso y solo dejará lluvias débiles en el Cantábrico y en Galicia (más fuertes en el oeste de dicha comunidad), así como alguna tormenta aislada en Pirineos”.

Podría llover también débilmente en las islas más occidentales de canarias, prosiguió, pero en el resto de España el cielo permanecerá despejado, si bien las temperaturas iniciarán un paulatino descenso que se prolongará hasta el domingo.

Según Lomas, el aire fresco y húmedo que entra por Galicia desplazará la masa anticiclónica que hasta hoy se situaba sobre la Península y “aliviará el calor”, hasta llegar a valores “razonables y más propios de finales de verano”.

Habló así de 20 grados de máxima en la cornisa cantábrica y Galicia (“única zona de España que se ha librado de esta ola de calor”); y adelantó que los termómetros se situarán en el entorno de los 25 grados como máximo en la meseta norte, 29 en Madrid y el centro y 32 en Andalucía”.

Este descenso térmico resulta ya hoy apreciable en Castilla y León y de hecho sólo 4 provincias (Murcia, Valencia, Lleida y Girona) se encuentran en alerta naranja por calor.

Numerosos puntos del interior de Andalucía, la submeseta sur, el Valle del Ebro, Levante, Baleares y canarias continúan en riesgo moderado, pero a partir de mañana y a lo largo del fin de semana experimentarán una notable disminución de las temperaturas, que se tornarán “mucho más agradables y habituales” para esta época del año.