Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y de su fundación, entregó a Bono el ejemplar en braille del orden del día del pleno, que fue leído por Antonio Mayor, director de Comunicación de la ONCE, y que contiene el debate y votación del dictamen de Comisión sobre el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2010.

Bono recibió también un llavero en forma de dado que se utiliza para aprender el sistema de lectoescritura inventado por Louis Braille. Además, el orden del día se distribuyó por todo el Congreso y se ubicó conjuntamente con los textos en tinta en los lugares donde habitualmente se informan los diputados, letrados, periodistas y el resto del personal de la Cámara, junto a un alfabeto en braille y con el llavero de aprendizaje.

Bono agradeció a la ONCE haber hecho partícipe al Congreso y a "todos aquellos que tenemos algún tipo de discapacidad" de la celebración de ese bicentenario. "Todos somos discapacitados", subrayó, aunque en algunos casos se vea externamente, "falta una pierna, o la vista", y en otros cuesta más percibirlo porque lo que falta es "el corazón, pero también se nota".

El braille, además de ser un sistema de lectoescritura imprescindible en la educación de 7.500 niños y jóvenes españoles, es una de las puertas que les introduce en las nuevas tecnologías de la información, y por ello la ONCE impulsa su uso en todos los ámbitos, con el fin de que las personas ciegas logren mayores cotas de autonomía personal.

La ONCE pone a disposición de sus afiliados más de 57.000 títulos en braille y sonido, a los que además se puede acceder a través de Internet, y presta apoyo a estudiantes para la impresión de apuntes y otros textos. En España, el Centro de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Tiflotécnicas (Cidat) exporta impresoras para el uso por ciegos en todo el mundo.