Así lo remarcó el ministro tras la firma hoy en Valladolid de un convenio de colaboración con la Junta para la aplicación en Castilla y León del programa Escuela 2.0.

Gabilondo se refirió a la sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo (Francia), que declaró que la presencia de los crucifijos en las aulas era "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos". Una sentencia que, dijo, no es firme y prefirió esperar a conocer el fallo final para valorarla.

En todo caso, manifestó, que en España, en líneas generales, no se plantean muchos problemas de este tipo y los que han existido se han sabido resolver. Finalmente, Gabilondo pidió colaboración a los medios de comunicación para que no se inicie una nueva batalla sobre este asunto.