Actualmente, explicó la Semer, geriátricos públicos y privados tienen problemas con el pago de los usuarios, que en su mayoría cobran pensiones de entre 800 y 900 euros mensuales, y que ahora, además, tienen que hacer frente al copago farmacéutico.

Las residencias de mayores, asegura la entidad, se enfrentan en estos momentos a la "morosidad" de administraciones y familias, un problema que temen pueda agravarse si el Gobierno no determina con claridad quién deberá adelantar el dinero del copago de los medicamentos de las personas mayores.

A su entender, puede ser el centro residencial el que ponga el dinero de los fármacos, hasta que paguen las familias, o la Administración sin cargo añadido al usuario.

Ante esta situación, los médicos que trabajan en centros geriátricos piden al Ejecutivo que "desarrolle adecuadamente" el aspecto del copago farmacéutico para que no genere dudas y problemas desde el principio en las residencias, donde viven actualmente unos 500.000 pensionistas con una media de dos o tres enfermedades.