Los ciudadanos europeos y de EEUU confían en la ciencia en momentos de crisis
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
En un contexto de crisis como el actual, los ciudadanos otorgan una amplia legitimidad y confianza a la ciencia y a los científicos, según los resultados de un estudio internacional titulado 'Actitudes hacia la ciencia' y elaborado por la Fundación BBVA.
Los resultados del estudio, presentados este lunes en Madrid por el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, recogen datos de once países -diez europeos más Estados Unidos- en los que se refleja que la ciencia, además de considerarse motor de progreso de todas las sociedades, tiene efectos positivos en la mejora de la salud de las personas, en la cultura y en la forma de entender el mundo.
Los datos se han extraído de 1.500 entrevistas realizadas en cada uno de los once países (unas 16.000 en total), de las cuales se concluye que, pese a que el nivel educativo y el de conocimiento científico influyen en las actitudes hacia la ciencia y, por tanto, hay variaciones entre unos países y otros, los ciudadanos tienen en general unas expectativas muy positivas sobre los efectos que pueden producir avances científicos como la energía solar, los ordenadores e Internet, ya que creen “que puede hacer avanzar a la sociedad”, indicó la analista del Departamento de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Fundación BBVA Consuelo Perera.
Según Perera, más del 70% de los estadounidenses y de los europeos (el 73% en España) cree que en 25 años la ciencia podrá curar la mayoría de los tipos de cáncer, y cerca del 60% considera que la ciencia hará posible la eliminación antes de nacer de los principales factores genéticos responsables de enfermedades graves.
LOS MEJORES INVENTOS
De los inventos del siglo pasado sobre los que se preguntó en las encuestas, los vinculados con el transporte son los mejor valorados, seguidos por los de salud.
Por áreas, en la relativa a la vida cotidiana el invento más valorado es la lavadora; en el ámbito sanitario, la anestesia; en el energético, el aprovechamiento del sol como fuente para producir energía eléctrica, y en el área del transporte, la bicicleta, aunque a escasa distancia del tren y el automóvil. En el extremo contrario, como los peor valorados, se encuentran la modificación genética de alimentos y la clonación de animales.
Perera señaló que en los resultados del estudio aparecen dos grandes límites que se interponen a la ciencia: la ética y la religión. La mayoría de los ciudadanos de los once países coinciden en que la ética debería poner límites a los avances científicos.
Cuando se trata de religión, predomina en todos los países la percepción de que ésta no debería poner límite a los avances científicos (un 72% en la media europea y el 80% en España). Sin embargo, EEUU destaca como el país que más importancia otorga a la religión a la hora de explicar el origen de la vida, donde una mayoría cree que fue Dios quien creó al ser humano.
“Hay grandes divisiones a la hora de entender la ciencia como la única visión que pueda dar una respuesta a todo. De hecho, gran parte de la población (norteamericana) ve compatible creer en Dios y creer en la ciencia”, indicó Perera.
En cuanto a la valoración de los científicos, Consuelo Perera señaló que éstos, junto con los médicos, son los profesionales que más confianza generan, ya que “contribuyen al bienestar y al avance de la sociedad”.
(SERVIMEDIA)
23 Jul 2012
PPH/caa