En rueda de prensa, Burgos hizo balance de este plan, cuyo plazo para hacer el paso del sistema antiguo al Régimen General terminó el 1 de julio, y recordó que los que tienen un solo empleador y no han hecho el trámite cambian de manera automática.

Por su parte, quedarían unas 35.000 personas que desarrollan actividad discontinua y que si no han adaptado su situación, salen del sistema. Según Burgos, de esos unos 7.500 están en proceso de mecanización del cambio, por lo que quedarían fuera del régimen unas 28.000 personas.

Para ellas “se abren muchas posibilidades”, dijo Burgos, quien recordó que pueden hacer la propia afiliación ordinaria, realizar su actividad a través de empresas de intermediación y también se podrían firmar convenios especiales con la Seguridad Social.

”Este proceso de integración a lo que menos ha contribuido es a aflorar economía sumergida”, señaló el secretario de Estado, quien explicó que en el último año en términos netos no ha habido un “incremento significativo” de afiliados relacionados con el hogar, y lo cifró en 25.000 altas.

Así, reiteró que “el objetivo de aflorar economía sumergida no se ha producido” y que la afiliación “hubiera crecido de la misma forma sin que se hubiera producido ese proceso de integración”.

En todo caso, consideró que “no se puede hablar de fracaso”, aunque sí reconoció que “hay objetivos que se han cubierto en mayor medida que otros”, y a los que no se han cumplido “tendremos que dirigir nuestras actuaciones en el futuro”.

La Seguridad Social trabaja en un informe sobre este plan que se presentará en el Congreso de los Diputados, en el que se realizará un análisis pormenorizado del mismo y se abordarán medidas para conseguir cumplir el objetivo de aflorar empleo sumergido.