25 PROYECTOS DE INCINERADORAS HAN FRACASADO EN LOS ULTIMOS 5 AÑOS POR LA OPOSICION CIUDADAA

- Greenpeace acusa a la industria de la incineración de emprender una "guerra sucia" contra la organización ecologista

MADRID
SERVIMEDIA

Durante los últimos cinco años veinticinco proyectos de construcción de incineradoras de residuos han fracaso a causa de la oposión ciudadana generada contra ellos, según los datos facilitados por la organización ecologista Greenpeace.

Juan López de Uralde, portavoz de Greenpeace, acusó hoy a la industria de la incineración de emprender una"guerra sucia" contra la organización ecologista por considerar que es la responsable de los sucesivos fracasos que ha cosechado desde 1990, y que ha motivado que en España no se haya puesto en funcionamiento ninguna incineradora de residuos industriales, aunque sí funcionan algunas que queman residuos sólidos urbanos.

Nueve de los proyectos fracasados eran plantas de incineración de desechos urbanos, doce de residuos industriales, dos de hospitalarios y otras dos tenían como objetivo tratar aceites uados.

Los sucesivos intentos de instalar este tipo de plantas se produjeron en la mayoría de las comunidades autónomas: tres en Cataluña, Castilla-La Mancha, Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León; dos en Galicia y una en Cantabria, Murcia, Canarias, Asturias y Aragón.

ALMADEN, EL ESTANDARTE

Aunque el primer intento fallido lo constituyó en 1990 el proyecto de instalación de una incineradora en Plá de Santa María (Tarragona), Juan López de Uralde reconoció que "el antes y el espués de la lucha contra este nocivo sistema de tratamiento de los residuos lo constituye Almadén (Ciudad Real)".

El proyecto de Almadén contaba incluso con el apoyo del Gobierno central. Sin embargo, en 1992 el Ejecutivo castellano-manchego se opuso a la construcción de la incineradora de residuos industriales, dando al traste así con el proyecto.

Desde entonces, la actitud de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Obras Públicas ha cambiado en relación a la incineración. Cistina Narbona, ha decidido no subvencionar la instalación de estas plantas, y el director general de Política Ambiental, José Ramón González Lastra, criticó recientemente la decisión del Ayuntamiento de Madrid de construir la incineradora de Valdemingómez (Madrid).

En la actualidad, Greenpeace y otras organizaciones ecologistas se movilizan contra la construcción de incineradoras de residuos sólidos urbanos en Palma de Mallorca, Madrid, Melilla, Bibabo, San Sebastián y Barcelona, y la de desechos indstriales en Constantí (Tarragona).

EFECTOS CONTRA LA SALUD

Los ecologistas, apoyados por diversos expertos y científicos, mantienen que la combustión de residuos provoca emisiones altamente contaminantes al medio ambiente, que resultan nocivas para la salud humana.

Oliva Nuñez, responsable de Salud y Medio Ambiente de Greenpeace España, aseguró que desde finales de los años 70 numerosos estudios científicos sugieren que la exposición a las dioxinas, una de las sustancias generadas durante el prceso de incineración, produce cáncer.

Según Juan López de Uralde, los promotores de la incineración, entre los que citó a las industrias del cloro, el PVC y los envases y embalajes (fundamentalmente de tetra pak) han decidido contrarestar el efecto que estos informes y las denuncias de los ecologistas tienen en la opinión pública iniciando una "guerra sucia" contra Greenpeace.

El portavoz de la organización ecologista acusó a las citadas industrias de mentir al afirmar que las oficinas de Greenpece de otros países sí apoyan la incineración, marginar a los ecologistas de los debates públicos y manipular los datos científicos.

(SERVIMEDIA)
19 Ene 1995
GJA