Aznar protagonizó el penúltimo mitin de la campaña electoral en el Polideportivo Pisuerga de Valladolid, su ciudad natal, antes de trasladarse a Madrid para clausurar en la Plaza de Toros de Vista Alegre un tour que le ha llevado por toda España en estos quince días para pedir el voto.

El jefe del Ejecutivo aseguró que el Partido Popular pued presentarse a estos comicios habiendo cumplido sus compromisos. "Dijimos que bajaríamos los impuestos, que habría empleo, que plantaríamos cara al terrorismo y le hemos plantado cara con todas las consecuencias; dijimos que garantizaríamos las pensiones y los pensionistas pueden estar tranquilos, ahí están las pensiones garantizadas", dijo.

Por eso, pidió a los españoles que "ante las elecciones piensen si España está mejor o peor que hace siete años, si tenemos más o menos empleo, si tenemos más o mnos prosperidad, si pagamos más o menos impuestos, si hemos plantado cara o no al terrorismo, si tenemos argumentos para el optimismo y la esperanza".

Sostuvo que el país "está en marcha" y afronta una nueva etapa de prosperidad y crecimiento económico en los próximos meses, por lo que advirtió de que nadie debería poner en riesgo las nuevas oportunidades que se presentan, en alusión a la "coalición Llamazares-Zapatero".

FUERA LOS "RADICALES"

Aznar pidió un nuevo voto de confianza para el Partio Popular, para seguir trabajando en los ayuntamientos y comunidades por las familias, por las empresas, por las personas, por las ciudades y por el país. "No necesitamos que ningún radical venga a dividirnos, necesitamos decir a los españoles venid con nosotros a hacer un esfuerzo", añadió.

En especial, hizo un llamamiento a los jóvenes para que den "un paso adelante" con el objetivo de que España siga avanzando, sea más solidaria y sepa asumir sus responsabilidades en la comunidad internacional. Aznr declaró su rechazo a los políticos de "la ira, el rencor y el resentimiento" y afirmó que esos no hacen falta ni en la calle ni en los despachos de la administración. También defendió la idea de España y la simbología de la bandera. Pidió a los militantes que portaban las señas de identidad del país y de Castilla y León que las agitasen "con total serenidad". Entonces, surgió el cántico unánime -"¡Que viva España!"-, que interrumpió durante un minuto la alocución del presidente.

Asimismo, pidió a lo miles de simpatizantes que moviesen con fuerza las banderas del Partido Popular y advirtió de que la gaviota está "muy bien de salud" a pesar de las "malas artes" que algunos han empleado para que dejase de volar. "Está fuerte, tenemos muchos años de buen vuelo de nuestra gaviota por España", apostilló.

LAGRIMAS DE DESPEDIDA

Por último, Aznar mostró su lado más humano al recordar su paso por el gobierno de la Junta de Castilla y León y por La Moncloa. Recordó que cuando ganó las elecciones generale en 1996 le definían como "Aznar, el breve" pensando que no duraría mucho tiempo, por lo ajustado del resultado.

Dio gracias a todos los españoles por haberle permitido cumplir el "sueño" de dirigir el gobierno de su comunidad y de la nación. Se definifió como un "enamorado" de España y, con voz entrecortada, pidió confianza en las personas de su equipo para que puedan continuar la tarea cuando concluya la legislatura y él se retire.

En ese momento, los miles de asistentes rindieron una gran ovacón en pie, lo que hizo que algunas lágrimas corrieran por las mejillas del jefe del Gobierno. "Quédate, no te vayas", le había gritado minutos antes los afines al Partido Popular. Aznar no podía ocultar la emoción en la que es su última campaña electoral como máximo dirigente del PP.

En estas dos semanas de campaña electoral, Aznar ha recorrido todas las comunidades autónomas de España, a excepción de Cantabria y Extremadura, y ha protagonizado un total de 29 mítines, incluido el que pone fin a la camaña en la Plaza de Toros de Vistalegre.