El heredero de la Corona hizo estas reflexiones en una carta dirigia a su padre, el rey don Juan Carlos, que publica hoy el periódico "Abc", con motivo de la celebración del 25 aniversario de la instauración de la Monarquía en España.

En la carta, el Príncipe de Asturias subraya que su padre dio la señal de salida de la democracia "cuando sólo él podía hacerlo y todo era incierto, salvo su firme voluntad de ser fiel a su herencia y cumplir su misión".

Afirmó que debe a su padre "la exacta conciencia de mi lugar en la dinastía. Me lo enseñó con su ejemplo de afeco y respeto invariable a mi abuelo, don Juan, y a su valioso testimonio".

"Así", continúa el Príncipe, "he aprendido que lo que tenemos no es nuestro, sino un depósito que hemos recibido y que se justifica al ponerse al servicio incondicional de todos los españoles, ahora y en el futuro".

En este sentido, señala que del Rey sigue aprendiendo "a saber intuir y a apreciar los sentimientos de los ciudadanos, a escuchar sus palabras, para así tener una idea cabal de nuestro destino y trabajar por él iempre con la Constitución como guía".

El Príncipe explica que su papel "es ser monárquico", pero, agrega que "lo soy como un hombre de mi tiempo, que concibe la Monarquía como una realidad vinculada indisolublemente a la democracia y a su progreso. Venimos de lejos, pero no para justificarnos en el pasado, sino en el presente".

"Mi tarea es procurar siempre ser digno y estar a la altura de su ejemplo, para poder transmitir a los españoles de mi generación una referencia y un estímulo que procurosean sólidos y válidos. Así, en el futuro deseo ser capaz, como hoy lo es el Rey, de inspirar, de liderar y de ser fundamentalmente un humilde y leal servidor del pueblo español".

Por último, afirma que "si es mucho lo que hemos hecho, no es menos lo que nos queda por hacer. A nosotros toca principalmente continuarlo y darle nuevo vuelo. Vamos a ello", concluyó.