En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, la dirigente socialista María González Veracruz denunció el “problema” que parece tener el PP con los derechos y libertades de los ciudadanos, plasmado en la oposición inicial a avances como el divorcio o el aborto, “aunque luego lo practiquen”.

Le emplazó a respetar los derechos de los homosexuales y el ministro replicó que esa ambición le parece “muy escasa” porque el PP “defiende” a ese colectivo igual que al resto de los ciudadanos.

Si eso es así, afirmó la diputada, “retire el recurso de la vergüenza” presentado ante el Tribunal Constitucional contra el matrimonio entre personas del mismo sexo coincidiendo con las celebraciones reivindicativas de esta semana.

“Lo puede pintar como quiera”, dijo al ministro, pero mientras el PP no retire ese recurso, sus dirigentes “estarán siempre al lado de la homofobia y contra los derechos” de personas que ahora son “más felices y más iguales” gracias a esa ley.

María González Veracruz recordó que dos ministros están entre los diputados del PP que en su momento firmaron ese recurso, “un ataque y una amenaza” ante los cuales el Gobierno no puede ejercer una “doble moral”.

Hasta la Real Academia Española, subrayó, que “no es lo más progre”, ha reconocido ya el matrimonio entre personas del mismo sexo y son los dirigentes del PP “y muy poquitos más” los que persisten en posiciones “tan retrógradas”.

“No haga usted política barata en relación con sentimientos tan profundos de la gente”, le espetó el ministro, que preguntó a la diputada si las reticencias a la ley expresadas en su día por los socialistas Francisco Vázquez o Mercedes Aroz son también “un ataque y una amenaza”.

El ministro recuperó también las declaraciones de Javier Gómez Navarro sobre las madres de hijos homosexuales a los que desean una formación diplomática para “verlos poco”, y emplazó a la diputada a secundar la “doctrina Rubalcaba”, que como ministro del Interior solicitó actuaciones contra Sortu y ahora critica al de Justicia por discrepar de la legalización sentenciada por el Constitucional.

Las palabras del ministro desataron las protestas entre los socialistas, y el propio Gallardón pidió al presidente del Congreso que calmara a esa bancada, “que la veo muy nerviosa”. “El pleno lo dirijo yo”, le respondió Jesús Posada desde la Presidencia.

Es la “izquierda anquilosada”, concluyó el ministro, la que aún no entiende que las personas no son “propiedad de nadie” y sigue teniendo un “sentido patrimonialista” de conceptos como la orientación sexual de cada cual.