RACE y Windows Phone, el sistema operativo móvil de Microsoft, han estudiado las distracciones al volante, analizando lo que hoy supone la primera causa de mortalidad en las carreteras españolas. Se ha evaluado el número de sanciones por este concepto y se ha preguntado la opinión de más de 1.400 conductores, a los que se les han planteado cuestiones sobre el uso del teléfono mientras conducen, el envío de mensajes o correos al volante o la percepción del riesgo de determinados comportamientos.

Junto a este trabajo, el acuerdo entre ambas entidades pretende sumar la experiencia del RACE en seguridad vial con el conocimiento de Windows Phone en las nuevas tecnologías. Fruto de esta colaboración se lanza de forma gratuita la aplicación RACE de Seguridad Vial para Windows Phone, con novedades como el aviso por voz de la proximidad de tramos de riesgo o radares o la gestión de rutas.

LAS DISTRACCIONES, PRIMERA CAUSA DE MUERTE

Según explicó en rueda de prensa Tomás Santa Cecilia, director de Seguridad Vial del RACE, las distracciones al volante suponen la primera causa de mortalidad en las vías españolas, con 649 fallecidos en carretera durante 2011 (a 24 horas y sin datos de Cataluña).

El mayor número de accidentes por distracciones en España se produce en las carreteras convencionales, así como el de accidentes mortales. Si se tiene en cuenta el ratio entre accidentes con víctimas y siniestralidad mortal por distracciones, la vía convencional es la que obtiene el dato más alto, y en segundo lugar la autopista.

Por tipo de siniestro, la distracción provoca salidas de vía, seguido de choque con vehículo y atropello. También existen diferencias estadísticas por accidentes debidos a distracciones en las comunidades autónomas.

Según indicó Antonio Lucas, coordinador de Seguridad Vial del RACE, los accidentes mortales por distracción suben en seis regiones españolas: Andalucía, Cantabria, Extremadura, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco.

SANCIONES POR HABLAR CON EL MÓVIL

Pese a que los conductores dicen ser conscientes de la peligrosidad que implica el uso del teléfono móvil, son todavía numerosos los que siguen utilizándolo mientras van al volante. Según datos provisionales, durante el año 2011 los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil impusieron 125.964 denuncias por utilizar el teléfono mientras conducían.

Tal y como destacó Lucas, el mayor número de sanciones se produce el miércoles (tanto en 2009 como en 2010). Durante 2009, más de 260 conductores fueron denunciados con tres o más sanciones de teléfono, y en 2010 fueron 380 usuarios. En estos años, 141 conductores perdieron su permiso sólo por denuncias relacionadas con hablar por el móvil.

El estudio de RACE y Microsoft revela que más del 62% de los conductores dispone de un sistema de manos libres en el vehículo, la mitad de ellos integrados en el mismo. El 50% de los conductores declara conocer la sanción por hablar por el móvil o manipularlo, pero de los que respondieron afirmativamente sólo la mitad contestó correctamente.

EL MÓVIL, UN RIESGO

El 89% piensa que el teléfono móvil puede suponer un riesgo de accidente, tanto si se es pasajero de un vehículo como peatón, aunque reconoce su utilidad para alertar o avisar en el caso de un incidente o accidente. El 36% de los encuestados utilizó su móvil ante una emergencia, sobre todo para alertar de ella.

El 15% de los usuarios ha sufrido una situación de riesgo por un móvil, y la mitad de los conductores reconoce haber hablado por el teléfono sin utilizar un sistema de manos libres. Un 99% de los conductores dice haber visto a otros hacerlo de ese modo mientras iban al volante, sobre todo un 77%, que ha visto esta circunstancia siempre, casi siempre o la mayoría de las veces.

Sobre el envío de SMS o correos al volante, sólo un 16% de los conductores reconoce haberlo hecho, pero, por el contrario, un 54% de ellos afirma haber visto a otros usuarios manipular el teléfono en actitud de consultar o enviar un mensaje, correo, etc.

En opinión de los conductores, enviar un SMS o correo al volante entraña un riesgo mayor que beber alcohol si se va a conducir, y ambos por encima del hecho de hablar por teléfono sin manos libres.