Blach afirmó, en una conversación telefónica con la Cadena Ser, recogida por Servimedia, que la única manera de poner fin al secuestro es devolviendo a Somalia a los piratas Cabdiweli Cabdullahi, alias "Abdu Willy", y Raageggesey Hassan Haji, alias "Raageggesey Adji Haman", ambos encarcelados en España.

El patrón del buque explicó que los piratas "en lo del dinero están de acuerdo" para liberar a los secuestrados, pero desde el principio han exigido que además se devuelva a Somalia a los dos compañeros que fueron detenidos y trasladados a España.

Blach mandó un mensaje muy claro para poner fin al secuestro: "que pidáis, jolín, que manden a esos dos y, si no los mandan, por lo menos que el Gobierno dé la cara y no diga mentiras".

"El Gobierno siempre ha dicho, a nosotros no porque lo sabemos, pero (sí) a las familias, que esos dos (Abdu Willy y Hassan Haji) nunca han entrado en la negociación porque estos siempre nos decían que en lo del dinero están de acuerdo, lo que no están de acuerdo es que traigan a esos dos, esos siempre han entrado en la negociación, cosa que el Gobierno ha negado", dijo.

Blach se quejó de que el negociador español les ha dicho durante días que no debían hacer "ni puto caso" a la petición de los piratas para que regresen sus compañeros, puesto que afirmaba que "con dinero se arregla". "¡Pues ya ves como estamos!", apostilló.

El patrón explicó que tanto él como el capitán del "Alakrana" están en el puente de mando todo el día sentados en una silla y los piratas en muchas ocasiones ni siquiera les dejan ir al baño.

En cambio, la situación de los otros 34 compañeros es mejor porque "están en la primera cubierta, tienen cerradas las puertas exteriores, están en el camarote cada uno y van al baño cuando quieren, a la cocina, al comedor". "Nosotros no, nosotros estamos aquí en el suelo", añadió.

Blach señaló que la situación es dramática porque los jefes de los piratas han llegado al barco, donde ahora hay aproximadamente unos 30 secuestradores, y han empezado "a mover todo a tiros para amedrentar", por lo que en cualquier momento se puede escapar una bala y ocurrir una "desgracia".