Fernández Díaz anunció esta campaña en la sede de su departamento, donde compareció acompañado de la responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), María Seguí.

El titular de Interior explicó que llevarán a cabo “miles” de controles para aplicar a la conducción bajo los efectos de las drogas la misma “tolerancia cero” que con el alcohol. La DGT destinará a esta campaña un millón de euros durante 2012.

En este sentido, el ministro destacó que los estudios destacan que conducir bajo los efectos de las drogas aumenta entre 2 y 7 veces la posibilidad de sufrir un accidente. Además, los datos de España reflejan que el 19,4 por ciento de los automovilistas conducen tras tomar drogas, mientras que un 3,1 por ciento lo hace tras ingerir drogas y alcohol.

Esto se plasma en que en España el 15 por ciento de los conductores fallecidos tomó drogas antes de coger el volante, mientras que un 7 por ciento ingirió drogas y alcohol. Además, en 2011 se podían haber evitado unas 480 muertes en carretera si estos automovilistas no se hubieran puesto al volante tras ingerir estupefacientes..

CONTROLES “SISTEMÁTICOS”

El titular de Interior se refirió a que estos datos muestran la relevancia de este problema en España, que estadísticamente es también un país con un elevado consumo de cocaína y hachís, seguidos de otros estupefacientes, como las anfetaminas.

Por este motivo, el ministro anunció que, a partir de julio, se llevarán a cabo controles “sistemáticos”, “continuados” y “aleatorios” para evitar que haya conductores que salgan a la carretera tras haber consumido droga.

A este respecto, María Seguí, directora de la DGT, explicó que los controles sobre el consumo de drogas entre conductores se realizarán “todos los días y a todas las horas”, puesto que se ha comprobado que la ingesta de sustancias estupefacientes se produce durante toda la semana. Los primeros controles se realizarán entre el 9 y el 15 de julio.

Seguí indicó que el control de drogas se basa en la saliva. El conductor deberá facilitar una muestra a los agentes, que en el momento sabrán si hay indicios de consumo de estupefacientes. Si esta “prueba indiciaria” da positivo, se inmovilizará el vehículo y se enviará la prueba a un laboratorio. Si en esta segunda instancia la prueba también resulta afirmativa, el automovilista se enfrenta a una sanción penal o administrativa.

La gravedad de la sanción estriba, en el caso de las drogas, en que los agentes detecten una “sintomatología” más o menos grave en el conductor, lo que supone que esté en mejores o peores condiciones en el momento del test. Si estos síntomas son más acentuados, el conductor se enfrenta a las penas establecidas en el Código Penal.

Seguí también aludió a que el conductor que ha dado positivo en la primera prueba deberá esperar hasta que se conozca la segunda para volver a conducir. Este análisis en laboratorio suele tardar un día. Además, la responsable de la DGT señaló que los test que se van a utilizar detectan el consumo de drogas en las últimas horas, por lo que se conocerá es si hay un consumo reciente de estupefacientes.