#VacúnaTE

Un estudio de GAD3 prueba la “fuerte conciencia del bien común” a la hora de vacunarse

- Personas con discapacidad asocian la vacuna de la covid-19 a “importantes beneficios individuales y sociales”

- Destacan como “lado positivo” de la pandemia haber pasado más tiempo en casa con la familia

MADRID
SERVIMEDIA

Vacunarse contra la covid-19 tiene “importantes beneficios individuales y sociales” y quienes toman la decisión de inmunizarse con la pauta completa lo hacen con una ”fuerte conciencia del bien común", según pone de manifiesto un estudio realizado por GAD3 para Servimedia.

En el marco del proyecto #VacúnaTE desarrollado junto a Maldita.es con el apoyo de Google News Initiative, la empresa de Narciso Michavila ha constatado con un trabajo sociológico que las personas con discapacidad forman parte de una parte de la población con una opinión “contundentemente favorable a las vacunas”.

Según las conclusiones del estudio cualitativo de GAD3 para Servimedia ‘Vacunación contra la covid-19 en personas con discapacidad’, este colectivo entiende que el acto individual de vacunarse es beneficioso también para estar protegidos como sociedad. Esta idea está “calando y moviliza” a los ciudadanos a la vacunación.

“Yo me vacuno por mi enfermedad, en primer lugar, y por cuestión de conciencia. Me da miedo a contagiar a mi madre o a los demás”, asegura una de las personas participantes en el trabajo. “Me he vacunado por si tengo contacto con clientes, no quiero ser responsable de contagios y menos de la muerte de nadie”, agregó otra.

“Ningún tipo de vacuna se ha experimentado en tan poco tiempo en tanta gente. Hay muchísimas teorías de la conspiración, así que se va a ver. Yo estoy a favor por el bien común y estoy vacunado”, sentenció un tercero.

Este estudio de GAD3 para Servimedia se basa en las opiniones de personas con discapacidad que han participado en dos 'focus grup' para analizar la percepción que tienen las personas con discapacidad sobre las vacunas y cómo se informan de este tema. Se ha llevado a cabo una metodología cualitativa ‘online’ con dinámicas de grupo.

CONFIANZA EN LAS VACUNAS

Estas conclusiones van en línea con los barómetros realizados de Servimedia e Inserta Empleo de Fundación ONCE. El segundo de ellos, presentado en diciembre, reflejaba que las personas con discapacidad habían aumentado su confianza en las vacunas contra la covid-19 respecto al sondeo realizado seis meses atrás.

En el anterior barómetro apuntaba que el 6,4% de las personas con discapacidad no se iban a vacunar, mientras que en la encuesta realizada a 1.341 personas el pasado octubre, sólo el 2% se opusieron.

Además, en el segundo estudio, las personas con discapacidad aseguraron que campañas divulgativas como #VacúnaTE ayudan a combatir bulos y animan a vacunarse.

Los participantes en el estudio de GAD3, todos vacunados, destacan que hay que confiar en los expertos: se sienten protegidos y agradecidos de poder acceder a este tratamiento. Es más, están seguros de que reduce el riesgo de contagio y la mortalidad; en caso de contagio, la enfermedad cursa con síntomas más leves; se reduce la presión hospitalaria y, por tanto, hay más capacidad para atender otras patologías; y la probabilidad de que el virus mute y surjan nuevas cepas es menor.

Los ‘focus grup’ también muestran que, entre las personas con discapacidad en general, la valoración de la estrategia de vacunación es positiva: “Rapidez y agilidad, flexibilidad, organización por grupos de riesgo adecuada”. Asimismo, su éxito se atribuye principalmente a la labor de sanitarios y la responsabilidad de los ciudadanos, así como a la gestión de las administraciones.

DISCAPACIDAD Y PANDEMIA

En ‘Vacunación contra la covid-19 en personas con discapacidad’ también se observa cómo las personas con discapacidad han vivido la pandemia.

El informe matiza que las personas con discapacidad “son un grupo amplio y muy heterogéneo”. De hecho, en él han participado personas con distintos grados de discapacidad: entre el 33% y el 70%, y con patologías o situaciones muy diversas.

Algunos se encuentran en un estado de dependencia de diálisis, afectación de capacidades muy importantes (como la movilidad) o incapacitación, y otros comentan que llevan una vida que podría ser considerada “convencional”.

Así, la percepción sobre cómo les ha afectado la pandemia difiere y hay quienes creen que la pandemia ha afectado más a las personas con discapacidad.

En este contexto, “el deterioro de la sanidad pública ha impactado en la atención que reciben habitualmente, de manera que muchos problemas se han agravado”. “Conseguir una cita médica era imposible, con lo que problemas que podrían haberse solucionado rápidamente se han tratado mucho más tarde y se han alargado mucho más, afectando a nuestra calidad de vida”, denuncia uno de los participantes.

Además, muchas personas con discapacidad no han podido acceder a rutinas y tratamientos fundamentales para su vida durante la pandemia, como fisioterapia, rehabilitación y natación.

”Una persona con discapacidad puede perder funcionalidad por estar tres meses encerrada. Puede que te cueste dos o tres años recuperarlo”, lamentó otro participante. “Yo necesito hacer ejercicio, andar bastante tiempo, porque tengo tornillos en la parte baja de la columna y no puedo pasar mucho tiempo sentada. Y eso me afectaba psicológicamente”, corroboró una persona más.

LADO POSITIVO

Aunque creen que el confinamiento ha supuesto un reto emocional para todos, personas con o sin discapacidad, los participantes en el estudio observan que la pandemia tiene un lado positivo, pues muchos de los casos analizados han tenido más oportunidad de convivir y pasar tiempo en familia.

“Yo he tenido más tiempo para disfrutar de mi niña”, reconoce una de las personas que han colaborado en la investigación.

Además, también han desarrollado y potenciado la empatía y la solidaridad en la sociedad: “Vino la covid y nos hizo empáticos. Empezamos a mirarnos y a hablar con nuestros vecinos. Yo me contagié y personas que casi ni conocía se ofrecieron para ayudarme”. Además, algunos sienten que se ha dado más relevancia y visibilidad a las personas con discapacidad. “Yo creo que por fin hemos recibido un poco más de atención. Antes sentía un poco de rechazo, de indiferencia, como que no me veían“, apuntó oro participante.

“Socialmente, no lo sé, pero políticamente sí que hubo un poco más de atención hacia la gente que necesitaba salir de sus casas como nosotros. También se dio más de visibilidad a los problemas psicológicos. Aunque, según pasa el tiempo, volvemos a caer en el olvido”, lamentó otra de las personas.

“Yo creo que sí se ha puesto de manifiesto el tema de la enfermedad mental, pero creo que no se han considerado el resto de discapacidades, excepto quizá durante un par de semanas. Pero fue tan poco tiempo que no dio lugar a una verdadera discusión social del tema”, apuntó otro participante.

“Al principio la gente no fue muy empática, cuando estábamos confinados y dejaron salir, por ejemplo, a niños con autismo. Les gritaban, preguntaban por qué a unos sí y a otros no. Y por esa falta de empatía no nos dejaron salir a todas las personas con discapacidad que lo necesitábamos”, zanjó una de las personas preguntadas por GAD3.

(SERVIMEDIA)
07 Ene 2022
AHP/pai