GM anunció ayer su decisión de romper el acuerdo de venta de su filial europea Opel a la austriaco canadiense Magna, con la que Gobierno español y sindicatos ya había llegado a un acuerdo sobre el futuro de la planta aragonesa.

En declaraciones a los periodistas antes del comienzo de la reunión con el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, Arcéiz subrayó que si la idea de GM es similar a la de Magna "ya tenemos el camino andado".

Sobre la posibilidad de que los trabajadores de la planta española se sumen a las protestas en Alemania, indicó que primero hay que ver qué hacen como comité de empresa de España y luego ya se decidirá sobre movilizaciones.

Por su parte, Pedro Bona, de UGT, señaló que la decisión de GM de quedarse con Opel "es una sorpresa a estas alturas", para agregar que aún no conocen el proyecto de General Motors, por lo que "no podemos sumarnos a la huelga" de Alemania.

Desde las filas de CCOO, José María Fernando apuntó que los trabajadores estaban satisfechos con el acuerdo con Magna, y ahora toca ser "prudentes y esperar".

En todo caso, dijo que hay que exigir a General Motors que tras cinco meses sin dirección en Europa "se tiene que personificar y explicar sus propósitos", además de explicar "de dónde piensan sacar los recursos para esa reinversión que van a hacer".