La patronal de la industria eléctrica indicó que la tasa a la generación supondría “un gravamen del 10% para las energías más competitivas”, que cuestan alrededor de 55 euros por megavatio hora (MWh), mientras que “sólo supondría un 1% para las tecnologías más caras del régimen especial, las solares”.

Unesa consideró que “no se puede entender que se castigue por producir a precios competitivos”, y advirtió de que un recorte de 1.000 millones a la generación dejaría a la actividad en beneficio “prácticamente cero”.

Asimismo, recordó que a estas medidas que podrían incluirse en la reforma energética que culmina el Gobierno “hay que sumarle el recorte sufrido en la anterior reforma en la distribución y en los pagos por capacidad”, lo que supone un total de 2.000 millones de euros.

En caso de confirmarse un nuevo recorte, asegura la patronal, el beneficio de las compañías de Unesa se reduciría aproximadamente en un 60%, y en algunas tecnologías como los ciclos combinados, que sólo están trabajando a un 12% de su capacidad, la tasa “incrementaría las pérdidas”, advirtió.

De igual forma, apunto que el endeudamiento de las empresas en la actividad nacional asciende en estos momentos a 43.000 millones, por lo que, de confirmarse las medidas, “se reduciría la capacidad de generar recursos financieros y disminuiría en gran medida su capacidad de inversión”.

No obstante, la patronal de las eléctricas dijo confiar plenamente en “el buen hacer del Gobierno”, en especial en el Ministerio de Industria, Energía y Turismo”, y que la “necesaria” reforma del sistema eléctrica “vaya en la dirección adecuada sin concentrar las medidas en las cinco compañías de Unesa, que generan los dos tercios de la energía producida en nuestro país”.

El Gobierno estaría barajando la posibilidad de establecer una notable subida de la tasa por distribución que cobra a las eléctricas, desde los 0,50 euros por kilovatio actuales hasta cerca de los 5 euros.