Aliaga ha recordado que “nunca ha habido una foto fija del final del proceso” y ha indicado que es un proceso “extremadamente complejo”, aunque ha remarcado que el Gobierno de Aragón seguirá trabajando para intentar buscar una solución viable a largo plazo, que sirva para mantener la capacidad de la planta, los modelos y el futuro. Todo ello, intentando lograr el menor impacto posible en el número de trabajadores de Figueruelas.

Por su parte, el vicepresidente de Aragón, José Ángel Biel, ha apostado por ser prudentes en este nuevo escenario, aunque ha afirmado que su primera impresión fue que “cuando se tiene una propiedad en venta y luego se arrepiente es que la sigue queriendo o le sigue pareciendo que es interesante”.

Por todo ello, Biel ha apostado por quedarse con el mensaje optimista pero siempre “siendo prudentes y no pecando de ingenuos”. Además, ha asegurado que se seguirá trabajando y “sufriendo un poco más” para conseguir lo máximo posible para la planta de Figueruelas.