En su presentación ante el Pleno de la cámara de los presupuestos de Exteriores, el ministro explicó que estos proyectos serán, junto a la presentación de la 'marca España', las próximas iniciativas que su departamento llevará al Congreso.

Por lo demás, expuso su resignación al necesario recorte de presupuesto y su intención de hacer "más con menos", reemplazando "con ideas lo que en dinero nos va a faltar" racionalizando, reorientando y centralizando los gastos y trascendiendo la diplomacia clásica con la utilización de las nuevas tecnologías, la 'smart technology' y la colaboración con el sector privado.

En particular, retomó su apuesta por reformar el servicio exterior, suprimiendo embajadas poco operativas e incorporando a los diplomáticos de las mismas en la representación europea.

En el lado positivo, subrayó que este año el saldo de España con la UE será positivo por de 1.800 millones, frente a los 1.300 de 2011, y que el Instituto Cervantes apenas sufrirá el recorte, pues ya logra por sí solo el 30% de los recursos que necesita.

GRUPOS PARLAMENTARIOS

Entre los grupos parlamentarios, el portavoz del PSOE, Juan Moscoso, lamentó sin demasiada acritud que el recorte vaya a perjudicar la imagen internacional del país en cooperación, que, subrayó, también forma parte de la 'marca España', con la cual él mostró su compromiso.

Desde Izquierda Plural, Joan Josep Nuet empezó interpretando en su favor el cambio del enfoque de la crisis que se está produciendo en Europa, favoreciendo el crecimiento y no sólo la austeridad. Por ello, aventuró que la 'marca España' tiene más futuro si se relaciona con el 15-M, la huelga general y la educativa que con la política económica del Gobierno.

Denunció que Margallo se ha sometido al 'diktat' del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que ha "esquilmado" el presupuesto de Exteriores con grave perjuicio para la cooperación, la presencia internacional de España, el personal de las embajadas que trabaja "por encima de sus posibilidades" y los emigrantes españoles, que "van a ser abandonados" por el recorte en la acción exterior.

A su vez, la portavoz de UPyD, Irene Lozano, echó en falta que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declare el "estado de emergencia o de guerra" en sintonía con la definición que hizo Margallo de los presupuestos, y reclamó al Gobierno que, al igual que integra diplomáticos en la representación de la UE, obligue a cerrar embajadas autonómicas para reducir el gasto.

También expuso las enmiendas de su grupo para destinar dinero a los exiliados cubanos en España, a los opositores democráticos de Guinea y a los refugiados saharauis de Tinduf.

Pere Macias, en nombre de CiU, criticó la sugerencia de Lozano de cerrar embajadas autonómicas, aunque se mostró abierto ("¿Por qué no?", dijo) a la integración de sus profesionales en la representación española. Los nacionalistas catalanes, aseguró, siempre han sido partidarios de la suma y no de la resta.

Prometió al ministro complicidad a cambio de lealtad y, como tema específico, pidió que el Estado se haga cargo de la financiación de la Casa Asia, que está en Barcelona, cuyo Ayuntamiento la sufraga actualmente.

Finalmente, el portavoz del PP, José María Beneyto, acusó al Gobierno socialista de haber hecho "menos con más" en los últimos años, dejando la 'marca España' "bajo mínimos", y pidió al PSOE que demuestre su voluntad de consenso apoyando la próxima Ley de Acción Exterior.

Reprochó a Lozano su belicismo, a Nuet su voluntarismo y dijo que "ojalá" los nacionalistas catalanes sean partidarios de la suma como sus predecesores el político Francesc Cambó y el escritor Joan Maragall.