Rasmussen explicó en una rueda de prensa desde Chicago, donde la OTAN celebra su cumbre de jefes de Gobierno y Estado de los países socios, que la posición de la Alianza no ha cambiado, aunque aseguró que los aliados están "muy preocupados" sobre la situación.

En opinión del secretario general, la mejor base para encontrar una solución al conflicto es el plan de Naciones Unidas y, aunque la OTAN lamenta y condena que las autoridades sirias no cumplan con sus preceptos, reiteró que "no hay ninguna intención de intervenir".

Por lo demás, Rasmussen no desveló grandes incógnitas del desarrollo de la cumbre. Señaló que la OTAN se reafirma en su decisión de implementar el sistema antimisiles, del cual destacó su flexibilidad para adaptarse a diferentes y situaciones y que Rusia debería verlo como una defensa necesaria contra una amenaza real que también se cierne sobre este país.

En esa línea, y aunque Rusia no puede bloquear una decisión que, subrayó, es de la OTAN, aseguró que las conversaciones entre ambas partes continúan, y que él personalmente valoraría mucho que se pudiera elaborar y poner en práctica un análisis conjunto de ambas partes.

No aclaró si EEUU seguirá sufragando el 75% del presupuesto de la OTAN, sino que se contentó con subrayar el compromiso para reforzar los lazos transatlánticos y con dar algunos datos de la 'smart defense' y racionalización de recursos, como la reducción de 14 a tres agencias, de 11 a siete cuarteles generales y de un 30% en los puestos de las estructuras militares.

Tampoco pudo cifras concretas, porque según dijo esta cumbre no es para eso, de la aportación que realizarán los socios para financiar la reconstrucción de Afganistán una vez las fuerzas de la OTAN abandonen el territorio. Eso sí, garantizó que habrá dinero suficiente.