En este sentido, se mostró satisfecha, durante su intervención en el XII Congreso del PP de Castilla y León, por la capacidad de consenso de los diferentes consejeros para llegar a un “gran pacto que supone poner el contador a cero del déficit y de la deuda”.

A su juicio, en el Consejo de Política Fiscal quedó en evidencia que la austeridad y el crecimiento no son “conceptos antagónicos”, sino que van de la mano, como pone de manifiesto el Plan de Pago a Proveedores, que empezarán a cobrar las facturas pendientes con las administraciones públicas. Serán 35.000 millones de liquidez, detalló la vicepresidenta, que revertirán en la economía real de pymes y autónomos para que puedan volver a generar riqueza.

Para Sáenz de Santamaría, el Consejo de Política Fiscal fue una muestra de que “nunca más va a haber déficit oculto ni por encima del permitido”, lo que sienta las bases para “ser un país creíble que paga lo que debe, recobra la confianza y con la confianza viene el crecimiento y el empleo”.

AUSTERIDAD

La vicepresidenta hizo una defensa de la política de austeridad marcada por el Gobierno de España, puesto que para crecer y crear empleo es preciso “soltar el lastre del déficit y la deuda”, una deuda que supone una “herencia pesada” para cuya superación resulta imprescindible ser austeros y “sabiendo gastar”.

“Malgastar no ha servido ni para crecer ni para crear empleo”, dijo Sáenz de Santamaría, que reivindicó un “cambio de mentalidad política”, basado en el “respeto” al dinero del contribuyente. “Cada euro que gestiona un gobernante público es sagrado y tiene que llegar a su destino”, recalcó, la economía real y productiva.

Por otra parte, la vicepresidenta del Gobierno reivindicó la reforma laboral como necesaria pensando en los 5,5 millones de personas que no pueden trabajar, en sus familias y en el 50 por ciento de empleo juvenil.

“No son épocas ni para gobernantes cómodos ni para instituciones que se conformen, sino para ser valiente y sinceros”, subrayó, y puso en valor las iniciativas adoptadas por el Ejecutivo para “cambiar aquello que no funciona”.

Por último, hizo una alusión a la reforma de la PAC asegurando a agricultores y ganaderos que el Gobierno hará todo lo posible para que las negociaciones lleguen a buen puerto, y aunque advirtió que “no será fácil”, aseguró que “trataremos que la voz de España se escuche en Europa”.

La vicepresidenta lamentó que las organizaciones agrarias hayan “clamado en el desierto” durante los últimos años y afirmó que ahora “hay un gobierno dispuesto a pelear por nuestro campo”.