En su comparecencia, Wert afirmó que “esta es la respuesta excepcional del Gobierno a unas circunstancias excepcionales, desafortunadas”, motivadas por las necesidades de consolidación fiscal de las comunidades autónomas.

Algunas de estas “son temporales y desde luego no forman parte de nuestro programa de reforma educativa, con lo que tan pronto como mejore la situación económica” se retirarán, declaró Wert. Es el caso del aumento de la ratio máxima de alumnos por aula (de hasta un 20%) o el incremento en la jornada lectiva obligatoria para los docentes, afirmó el ministro, que solicitó a los profesores contribuir con “la estabilidad presupuestaria”, aunque reconoció hacerlo “con sufrimiento y pesar”.

En cambio, Wert mantuvo que otras medidas son una mera “cuestión de eficiencia y que seguramente tendrían que haberse adoptado mucho antes”.

Entre estas citó la reforma que permite reducir la oferta de títulos universitarios o la que elimina la obligaciónn de ofrecer al menos dos modalidades de Bachillerato en cada instituto.