Se trata de una acción solidaria que también pretende despertar inquietudes y talentos que les puedan servir en el día de mañana con las herramientas necesarias. El grupo de participantes se ha mostrado muy colaborativo para crear este mural de unos 25 metros cuadrados que decorará, desde hoy, el patio del módulo 6 del Centro Penitenciario Madrid III. “Un mural así le va a dar mucha vida al módulo”, afirmó ilusionado uno de los internos.

Junto a un equipo de muralistas profesionales de Taruga, han plasmado en la pared un paisaje gigante de una playa con islas y palmeras de fondo, que pueda servirles como evasión durante el tiempo que les quede de condena.

“Este voluntariado rompe la rutina y el día a día de los internos”, aseguró el responsable de los programas de Cultura en Prisiones de Solidarios, Álvaro Crespo. Se trata de una organización de voluntarios comprometidos con quienes sufren la exclusión social, la discriminación y la soledad y que, desde hace más de 35 años, realiza voluntariados en centros penitenciarios. “Entendemos que la cultura es un elemento de reinserción y, sobre todo, que la cultura actúa como un pegamento social, como un elemento de cohesión entre los de dentro y los de fuera”, concluyó.

Desde Taruga explicaron que, cuando se les preguntó que qué harían en un paisaje como el del mural, la mayoría de los presos lo tenía claro: “no dudaría en darme un baño y disfrutar de las olas”.