Lo hizo en su primera comparecencia ante la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado, donde dijo que él es “el primero en lamentar” “encontrarse” con una reducción del 75% en el presupuesto destinado a esta partida, pues considera "un deber moral" ayudar a quien más lo necesita.

Por eso, confió en que el recorte sea temporal y apuntó que, por el momento, “habrá que aguzar el ingenio”, “acertar en lo principal” y evaluar de forma independiente la eficacia y transparencia de las ayudas. Eso sí, citó los presupuestos no ejecutados en años anteriores como una compensación parcial.

El ministro pasó revista a la nueva situación abierta por la globalización, con fenómenos como el de las migraciones y la mundialización del comercio, y a este respecto afirmó que los países que más se han beneficiado de ella han sido los que se han abierto a esa internacionalización y han atraído inversiones extranjeras.

Por ello, más que por aportar recursos apostó por transferir tecnología y fomentar el libre comercio, centrándose en la estabilidad económica y la buena gobernanza de los países.

No obstante, García-Margallo ensalzó a las ONG, que se llevan un 47% del gasto en cooperación una vez restados los gastos de personal y corrientes (donde más se ha recortado, precisó), y con quienes ha mantenido los convenios plurianuales pese a los recortes. También pidió a las empresas españolas que incrementen su responsabilidad social corporativa ahora que el Estado tiene menos liquidez.