Según destaca un informe realizado por la Unidad de Investigación en Cultura Científica del Ciemat en colaboración con el Comité Científico Asesor de Radiofrecuencias y Salud (Ccars), un 11,5% de los españoles se mostraba muy preocupado por los riesgos para la salud derivados de la exposición a los CEM en 2010, frente al 5,8% que lo hacía en 2006.

El informe, realizado a partir del Eurobarómetro de 2006 y del de 2010, elaborados ambos por la Unión Europea, señala que un 41,8% de los entrevistados decía hace dos años estar bastante preocupado por este hecho; un 31,7%, algo preocupado, y un 13,4%, nada preocupado.

En 2006, un 5,8% de los españoles manifestó estar muy preocupado, el 32,6% estaba bastante preocupado y el 38,2 % se consideró algo preocupado, mientras que un 17,4 % no estaba preocupado en absoluto.

En términos generales, el informe concluye que tener información sobre los riesgos para la salud derivados de los CEM se asocia con una mayor preocupación por el tema.

El trabajo pone de manifiesto que, por el contrario, la preocupación de los ciudadanos europeos por este asunto ha disminuido en los últimos años. Así, mientras en 2006 el 13,5% de los europeos manifestaba estar muy preocupado por los riesgos para la salud de los CEM, en 2010 la cifra se redujo al 10,1%.

Según el mismo informe, el Eurobarómetro 2010 evidencia que hay tres factores ambientales que la población española vincula de manera especial con riesgos para la salud: la calidad de los alimentos, los agentes químicos y los vertederos de basura.

El factor ambiental al que atribuyen más riesgo para la salud los españoles es el de los agentes químicos, seguido de las líneas de alta tensión.

Las antenas de telefonía móvil se sitúan en una posición intermedia, mientras que al resto de factores vinculados con los CEM se les atribuye muy poco riesgo.