Madrid. La exposición “Agua, ríos y pueblos” retrata el perfil humano de la crisis global del agua

- La Casa Encendida acoge desde hoy una muestra fotográfica sobre los conflictos vinculados con los recursos hídricos

MADRID
SERVIMEDIA

La Casa Encendida de Madrid acoge desde hoy la exposición “Agua, ríos y pueblos”, que a través de 148 fotografías de 18 destacados fotógrafos internacionales hace un recorrido por los conflictos y catástrofes relacionados con los recursos hídricos en el mundo.

El objetivo de esta iniciativa es “dar la palabra y la imagen a personas que sufren problemas que merecen ser conocidos y escuchados”, según Pedro Arrojo, director del proyecto, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y Premio Goldman de Medio Ambiente, el equivalente al Nobel en este ámbito.

La fotógrafa noruega Teve Heiskel, especializada en reportaje social y conflictos de agua, es la comisaria de esta exposición, que podrá visitarse de modo gratuito desde hoy hasta el próximo 28 de junio en la terraza del centro cultural madrileño.

“Agua, ríos y pueblos” se estructura en seis áreas temáticas: Grandes presas; Derechos humanos, violencia y agua; Catástrofes evitables y vulnerabilidad de los más pobres; Degradación de ecosistemas y hambre; Privatización y derecho humano al agua, y Victorias y Alternativas exitosas.

Cada una de ellas se ilustra con fotografías de fotógrafos internacionales que plasman el drama de los millones de personas afectadas por conflictos vinculados con el agua, con el fin de “conmover corazones a través de la imagen y el testimonio directo, despertar inteligencias y comprometer voluntades”, subrayó Arrojo en el acto de presentación de la exposición.

Este experto, que investiga la economía del agua desde hace 15 años, destaca que, según datos de la Comisión Mundial de Presas, entre 40 y 80 millones de personas se encuentran desplazadas debido a la construcción de 50.000 grandes presas en todo el mundo durante el siglo XX.

La muestra hace un recorrido a través de algunos de los casos más conocidos, como el de la presa de las Tres Gargantas, en China, o la de Narmada, en la India, una obra que se paralizó debido al apoyo internacional y de destacadas figuras, entre ellas la escritora Arundati Roy.

También plasma otros más desconocidos, como el del río Omo en Etiopía, donde debido a la construcción de una presa hidroeléctrica cinco millares de personas del pueblo Konso fueron desalojadas de sus tierras y desplazadas a territorios de la etnia Bodi, y ahora están en guerra debido a ello.

Las violaciones de los derechos humanos y el uso del agua como arma de guerra ocupan otra de las áreas temáticas de la exposición, entre ellas el caso de Chixoy, en Guatemala, “una guerra no declarada, que son más crueles todavía”, subraya Arrojo, o el de Palestina, uno de los países del mundo con menor acceso al agua en su propio territorio “porque tienen vetado acceder al Jordán y hacer nuevos pozos, sobre todo en la franja de Gaza, una condena a muerte lenta detrás de la que hay un conflicto bélico”, añade.

ALTERNATIVAS EXITOSAS

Algunas de estas historias, sin embargo, tuvieron un final feliz, y a ellas se consagra el apartado Victorias y Alternativas Exitosas, en el que se incluye el caso de la presa de Alta, en Noruega, un proyecto que el Gobierno del país nórdico finalmente accedió a reducir debido a la presión del pueblo Sami, que con su movilización también logró el reconocimiento de su personalidad cultural y social, y un nuevo marco de autonomía.

También se incluye en este capítulo el proyecto “Un Millón de Cisternas Pluviales” de Brasil, donde la población del ámbito rural del nordeste del país ya lleva construida una buena parte de esa cifra de depósitos para recoger agua de lluvia con el fin de satisfacer sus necesidades, o el de las mujeres mazahuas en México, que con su lucha lograron que las autoridades llevaran el agua a sus viviendas.

Ya en nuestro país, la muestra recoge el trasvase del Ebro, un proyecto para trasvasar el agua de ese río a la costa mediterránea para atender las necesidades de regadío y de desarrollo inmobiliario en la zona, que finalmente se abandonó en 2004.

Todos ellos, según Arrojo, son muestra de que se pueden hacer “las cosas de otra manera”; se trata de una “cuestión de prioridades”, ya que hoy por hoy “existe la tecnología necesaria para hacer una gestión más sostenible del agua”.

(SERVIMEDIA)
09 Mayo 2012
LVR/lvr/gja/caa