ETA. La viuda de un guardia civil: “Vivíamos en una guerra abierta, con 23 años me dejaron una vida rota”

- El etarra “Mobutu”, acusado del asesinato, comparece con una camiseta de Argentina

MADRID
SERVIMEDIA

Gemma López Quintana, la viuda del agente de la Guardia Civil José Vázquez Platas, asesinado por ETA junto a otros dos compañeros en 1980, explicó hoy en la Audiencia Nacional que en aquella época vivían en el País Vasco “una guerra abierta” y señaló que tenía 23 años cuando tuvo lugar el atentado, llevaba tan solo cinco meses casada y estaba embarazada. “Me dejaron una vida rota”, dijo antes de explicar que todavía a día de hoy necesita tratamiento psicológico.

La viuda hizo esta descripción en su declaración como testigo en el juicio que la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró esta mañana contra el etarra Félix Alberto López de Lacalle, alias “Mobutu”, por su presunta participación en el atentado, perpetrado en Salvatierra (Álava) el 4 de octubre de 1980 y en el que, además de Vázquez Plata, fueron asesinados los agentes Avelino Palma y Ángel Prado.

La fiscal encargada del caso, Ana Noé, solicitó 81 años de cárcel para el etarra al atribuirle dos delitos de asesinato con el agravante de alevosía y uno de atentado contra agentes de las fuerzas de seguridad con resultado de muerte.

La representante del Ministerio Público sostiene que el acusado integraba en los años 80 el “comando Araba” de ETA junto con el ya condenado Ignacio Aracama, el procesado José Lorenzo Ayestarán y los fallecidos Miguel Lopetegi y José Manuel Aristimuño.

CARRERA CICLISTA

Los terroristas decidieron asesinar a los guardias civiles que iban a dar protección en una carrera ciclista que se iba a celebrar en la localidad de Salvatierra (Álava) el 4 de octubre de 1980 con motivo de las fiestas patronales del municipio. Los etarras ya habían intentado sin éxito asesinar a agentes de la Benemérita en la localidad guipuzcoana de Salinas de Leniz.

El sacerdote Ismael Arrieta Pérez de Mendiola, ya condenado por esta causa, se encargó de recopilar los datos de la carrera y de facilitar al comando de ETA “el punto concreto donde se encontrarían los guardias civiles”.

TIROTEO A LOS AGENTES

Los etarras llegaron a Salvatierra en un coche robado sobre las 15.00 horas del 4 de octubre de 1980, una hora antes del inicio de la carrera. Aparcaron el vehículo en un punto de la carretera que conduce de Salvatierra al puerto de Opacua, cerca del lugar de salida de la carrera.

Aracama permaneció en el coche, mientras que “Mobutu” y los demás terroristas se acercaron a los tres guardias civiles y les dispararon “sorpresivamente” en la cabeza y en el tronco. Palma y Prado fallecieron inmediatamente, mientras que Vázquez Platas tuvo tiempo para esconderse herido debajo de un vehículo, donde fue rematado por el propio acusado.

La viuda de Vázquez Platas dijo en el juicio que ese día, el 4 de octubre de 1980, su marido no tenía que trabajar pero que el compañero que tenía que cubrir la carrera ciclista no se encontraba bien, por lo que finalmente le sustituyó en el dispositivo de seguridad. Tras comer juntos en su casa, la viuda se despidió de su marido desde la terraza.

“Sobre las cinco escuché sirenas, ya iban mi marido y sus compañeros muertos”, dijo la testigo. López Quintana tenía 23 años, llevaba cinco meses casada con el agente asesinado y se encontraba embarazada. “Dejaron una vida rota”, señaló antes de explicar que todavía a día de hoy necesita tratamiento psicológico.

CAMISETA DE ARGENTINA

“Mobutu” reconoció ser militante de ETA y dijo aceptar “todas las acciones cometidas” pero negó su participación en el atentado de Salvatierra. Explicó que en esa época se encontraba en el País Vasco francés, por lo que no pudo intervenir en la acción terrorista.

El etarra, que se negó a contestar al fiscal y solo atendió a las preguntas de su defensa, quiso hacer hoy un guiño de apoyo a la expropiación de las participaciones de Repsol en la petrolera YPF y compareció en la Audiencia Nacional portando una camiseta de la selección argentina de fútbol.

En el juicio también comparecieron varios de los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar de los hechos tras el atentado. Uno de ellos explicó que había muchos impactos de disparos en el coche patrulla y que se recogieron un total de 17 casquillos. “Ví a los compañeros muertos, tirados en el suelo, y no recuerdo más”, dijo otro de los guardias civiles.

También declaró un vecino del pueblo, testigo de los hechos, quien explicó que se dirigía a la carrera cuando escuchó “unos petardos” y vio a gente tirándose al suelo y cómo “tres personas salían corriendo y se metían en un coche blanco”.

En la vista oral compareció asimismo el etarra Aracama, ya condenado por estos hechos, quien asumió su participación en el atentado pero negó que “Mobutu” interviniese en él.

“Mobutu” fue detenido en Francia el 2 de abril de 2004. Las autoridades francesas le han entregado temporalmente hasta el próximo 23 de abril.

Además de la pena de cárcel, la fiscal solicita que se condene al etarra a indemnizar con 500.000 euros a los hederos de José Vázquez Plata, con la misma cantidad a los de Avelino Palma y con 400.000 euros a los familiares de Ángel Prado.

“Gora Euskal Herria Askatuta” (Viva Euskal Herria libre), se limitó a decir el acusado al finalizar la vista oral.

(SERVIMEDIA)
19 Abr 2012
DCD/caa